Eduardo Dávila Miura impartió este jueves 5 de mayo la conferencia ‘La Entrega es el Éxito’ de la mano de la Asociación Sevilla de Asistencia en la sede de la Fundación Cajasol, donde desveló las estrategias físicas y psicológicas, inspiradas en el mundo del deporte, que le fueron muy útiles para obtener el máximo rendimiento en su carrera como torero. Estas mismas estrategias que en su día le ayudaron mucho en su profesión como matador de toros son las mismas que hoy utiliza en su faceta como empresario y le permiten sentirse confiado y seguro en el mundo de los negocios.

Dávila Miura destaca que «hay que plantearse retos que nos den miedo, que nos motiven y nos pongan a prueba. Tenemos que ser importantes por lo que hacemos, no por lo que somos». «Cuando me llamaron para impartir la conferencia vi claro que el término que mejor podía asociarse a la labor voluntariado del día a día de cualquier persona y la profesión de torero: es la entrega. En la vida cuando uno se entrega al 100% la recompensa llega. Creo que en mi vida como torero la entrega ha sido fundamental. No voy a dar lecciones de voluntariado porque de eso sabéis vosotros más que yo y me gustaría tener más compromiso con el voluntariado del que tengo. Tengo la suerte de presidir la Fundación del Cura Leonardo. Mi admiración va hacia los voluntarios que trabajan día a día».

Miura tomó como referencia una frase: «Si te entregas de lleno cada día sin excepción y lo das todo, tendrás garantizada una vida extraordinaria». «La satisfacción personal la encuentras más allá de los resultados que logras. Dedicarte a lo que te gusta es de las cosas más importantes que hay».

El torero explicó una anécdota con su abuelo en la finca de Casariche, donde comenzó a torear becerras y un día al saber que la expectación en la familia por verle torear se puso nervioso y se bloqueó. Desde entonces su abuelo siempre le recibía diciéndole: «Eduardo Dávila Miura, el torero de más corta trayectoria: debut y retirar el mismo día». Tomó este ejemplo para explicar lo importante que es la vocación y destacó que la vocación no sólo se tiene sino que se adquiere y va en aumento. «Yo me he dado cuenta de lo bonito que es ser torero cuando me he retirado. Lo he valorado de verdad cuando me he retirado. Y ahora tengo más vocación, afición y amor a mi profesión que el día que empecé», concluyó Miura. Con esto, invitó a los presentes a que «si en algún momento pensáis que podéis tener algo de vocación en el sentido del voluntariado hay que dar el paso y descubráis que eso os enamora más de lo que podíais imaginar».