Antonio Pulido, presidente de la Fundación Cajasol, Ismael Diadié, presidente de la Fundación Fondo Kati, Antonio Vila, vicepresidente de de la Fundación Fondo Kati y directivo de DKV Seguros, Josep Santacreu, consejero delegado de DKV seguros y presidente del consejo asesor de la Fundación Fondo Kati, han presentado en la sede de la Fundación Cajasol (plaza de San Francisco, 1. Sevilla) tres de los primeros manuscritos que están retornando a España para su estudio y exposición, algunos de ellos con más de seis siglos de antigüedad.

«En ocasiones como ésta, como presidente de la Fundación Cajasol, mi papel principalmente es el de agradecer, en este caso a Ismael, su impecable labor incansable y su infinita generosidad con nuestro país por ofrecernos la posibilidad de poder disfrutar, profundizar y continuar investigando en este tesoro heredado. Contamos con tres de los primeros manuscritos que retornan a España para su exposición. Queremos que la historia no quede sólo al alcance de pocos porque la sociedad se hace más fuerte y capaz si dispone de información; creo que es necesario saber lo que fuimos. Queremos trasladar nuestro compromiso con la historia de Fondo Kati porque nos hará más sabios«, aseguró Antonio Pulido, que recordó que hace ya once años Ismael Diadié «visitó esta sede cuando aún era Caja San Fernando para presentar parte de este proyecto».

El Fondo Kati son los documentos que originariamente llevaba Ali Ben Ziyad al-Quti cuando, en 1468, se exilió de la ciudad de Toledo perseguido por la Inquisición y se asentó en Tombuctú (Mali). Unos siglos más adelante, la caída de Tombuctú en abril de 2012 a manos de yihadistas integristas radicales provocó que Ismael Diadié saliera del país poniendo a salvo los fondos de más valor que la biblioteca albergaba. Gran parte de esos documentos siguen en Malí, en baúles custodiados por amigos y familiares. Otros, se encuentran en España.

La Fundación Cajasol, en el marco de un convenio de colaboración con DKV Seguros (que ya colabora desde hace años con el proyecto), participará en la recuperación, digitalización y clasificación del Fondo Kati con el fin de preservar este legado cultural de nivel mundial.

Por su parte, el consejero delegado de DKV seguros y presidente del consejo asesor de la Fundación Fondo Kati, Josep Santacreu, ha señalado que se trata de un día «muy importante» y ha destacado que este mes hace cuatro años que comenzó «la solitaria colaboración» de DKV con este proyecto, toda vez que asegura que tras ver «la importancia» que tiene lo que estaban haciendo, necesitaban buscar compañeros de viaje para lo que tienen que hacer a partir de ahora, y «nuestro primer compañero de viaje es la Fundación Cajasol«, subraya.

Además, Santacreu -que resalta que el valor de los 12.714 manuscritos «explica sobradamente» el hecho de que DKV seguros está en este proyecto- ha destacado que éste «se ha convertido en parte de la empresa» y que cuatro años después «están haciendo realidad un sueño y es que se puedan preservar estos manuscritos», ya que «a pesar de muchas iniciativas previas no habían llegado a conseguir lo fundamental que es digitalizarlos, preservarlos para la humanidad futura y garantizar la seguridad de los mismos».

«Han sido cuatro años muy difíciles, sobre todo para Ismael Diadié, y hemos empezado a crear complicidades, a reconstruir la Fundación y ahora tenemos un futuro más prometedor», asegura Santacreu, que ha afirmado que en este momento «tan complicado que está viviendo el mundo, el mensaje que lanzamos desde el proyecto de la Fundación Kati es que la cultura tiene que hermanar, servir para generar paz y acercar a las personas».

El vicepresidente de la Fundación Fondo Kati y directivo de DKV Seguros, Antonio Vila, por su parte, ha apuntado que «en 2017 se celebra el 550 aniversario de la intolerancia española que hizo que la familia de Ismael y otras muchas familias se refugiaran en otros países», y ahora se va a trabajar para que «esto se convierta en un evento de interés público», porque «esto es recuperar parte de nuestra historia menos conocida, sacar el contenido de todo lo que dicen estos documentos y que sea conocido».

«Este es el gran reto que tenemos, ahora empieza el trabajo, la dedicación, ya que estos cuatro años han sido casi de experimentación, y es realmente en 2017 cuando se tiene que asentar este proyecto», afirma Vila, que asegura que también «se va a intentar que los máximos organismos de este país reconozca la labor que está haciendo Ismael Diadié».

Diadié, por su parte, ha subrayado que «es un día de celebración pero sobre todo de agradecimiento, un día en el que vamos a empezar a vivir un gran cambio en la Fundación», al tiempo que ha explicado que «hace 549 años su familia tuvo que salir de Toledo para exiliarse en África con sus manuscritos y que 546 años después tuvo que recuperarlos, dispersarlos y salir huyendo en nombre del mismo hecho, ser cristiano musulmán».

Además, manifiesta que «estar aquí de nuevo es llegar para colaborar e iniciar esa andadura con la finalidad de salvar un patrimonio que nos une a todos, un total de 12.714 manuscritos y 7.100 textos escritos por miembros de esta familia desde el siglo XV hasta prácticamente el siglo XIX». Además, ha señalado que la Unesco a principios del 2000 «dijo que esta biblioteca cambiará todo el conocimiento que se tiene de las relaciones de África con el mundo Mediterráneo».

Igualmente, ha agradecido, tras un exilio «muy duro», hacer el camino con DKV, que «me han tendido la mano para seguir trabajando y salvaguardar este patrimonio», toda vez que agradece también a Fundación Cajasol «por sumarse a este esfuerzo, salvar este patrimonio y darlo a conocer en un momento en que los hombres en nombre de Dios están destruyendo manuscritos y edificios».

«Ha llegado el momento para que la Fundación Fondo Kati adapte la vida y la realidad de la biblioteca al siglo XXI».

Por último, Diadié ha explicado los tres manuscritos que este viernes han podido verse en la sede de Fundación Cajasol. Así, ha destacado que «uno es un Corán terminado de copiar en Ceuta el 13 de noviembre de 1198, un manuscrito del siglo XII contemporáneo a los últimos trabajos de la Giralda y también a la muerte de Averroes». Otro «es un manuscrito comprado por 225 gramos de oro por un antepasado el 22 de julio de 1468 en Argelia» y un tercero «es del año 1489, perteneciente a Mahmud Kati, verdadero artífice de la creación de la biblioteca, y fue comprado en Egipto».