Antonio José Pérez Castellano, secretario de la Fundación Machado, organizadora del ciclo ‘Los Lunes son de Bécquer’, protagoniza este lunes 25 de mayo la última sesión del primer ciclo de conferencias dentro del programa previsto en las actividades que se organizan en la Fundación Cajasol con motivo del 150 Aniversario del fallecimiento de Bécquer. El ciclo se vio interrumpido por la crisis sanitaria del COVID-19 y para las últimas sesiones hemos decidido grabar las ponencias de los protagonistas que configuraban esta primera parte de la programación. El profesor Pérez Castellano hablará sobre ‘La Semana Santa romántica que no gustaba a Bécquer’. Puedes disfrutarla en nuestro canal de Youtube a partir de las 19.00 horas.
Factores históricos que determinan esa Semana Santa.
- Las actuaciones políticas que hace Olavide en el siglo XVIII con la idea de ordenar y organizar la Semana Santa. «Se prohiben las cofradías disciplinantes, se intenta ordenar el orden público y se prohiben las procesiones nocturnas», explica Pérez Castellano.
- La invasión napoleónica. La presencia de sus tropas va a suponer la pérdida de gran parte de los enseres de las cofradías sevillanas
- Derrocamiento de Isabel II y la aparición de la I República. «Las instituciones laicistas modifican el estatus de las cofradías».
- «La presencia de los duques de Montpensier en Sevilla fue positivo». Apoyan a las hermandades sevillanas, se integran en hermandades y financian reposición de nuevos enseres. También inciden en que la Semana Santa es un motor económico interesantísimo. El Ayuntamiento empieza a financiar los desfiles procesionales y aparecen las sillas.
El secretario de la Fundación Machado realiza un recorrido por la vinculación de Bécquer a la Semana Santa: «Su lugar de nacimiento, próxima a la parroquia de San Lorenzo; su familia se muda a la calle Pascual de Gallangos, en un entorno muy cofrade, y cuando sus padres fallecen se marcha con su madrina, que vive en la Plaza del Duque, junto a la que era la sede de la Hermandad de San Lorenzo. Y por último, en otra etapa posterior de su vida Bécquer vive con su hermano Valeriano en la calle Mendoza y Ríos próxima a la plaza del Museo»
¿Por qué decimos que la Semana Santa romántica es una Semana Santa que a Bécquer no le gustaba?
El único documento en el que habla de la Semana Santa es un artículo que publica en el Museo Universal sobre la Semana Santa de Toledo, cuando está desterrado de la capital madrileña. Bécquer aprovecha esa crónica para transmitirnos su visión de la Semana Santa de Sevilla. Toledo encarnaría los valores fundamentales para celebrar la Semana Santa frente a la visión de la Semana Santa de Sevilla, que Bécquer considera representante de la modernidad mal entendida.
La reflexión de Béquer se resume de la siguiente forma: ‘Todo en fin lo que en ella se agita y reluce y suena durante estos días clásico ofrece un conjunto en que se mezcla y confunde lo profano y lo religioso de manera que tiene a intervalos el aspecto de una ceremonia grave o la vanidad de un espectáculo público con sus puntas y ribetes de bufonadas’.
Esa es la visión de Bécquer, “bastante crítica”. Su actitud tiene un sentido más allá. Quiere posicionarse ante la modernidad mal entendida. Con la excusa de que el progreso es algo que va superar todas las dificultades, las sociedades modernas lo que hagan es destruir su propia identidad. Bécquer piensa que esto lleva a una despersonalización, a una pérdida de identidad.