Hablamos con Lucía Moreno, directora de la Orquesta Sinfónica Flamenca de España (OSFE). Además de joven pianista, compositora y directora de orquesta, es cordobesa de adopción, pues lleva afincada en Córdoba desde hace más de veinte años. Formada inicialmente en nuestros conservatorios, se perfeccionó luego en Madrid, Austria y Noruega, donde trabajó dos años en la Ópera de Oslo como répétiteur. En 2022 emprendió en solitario un proyecto diferente basado en un repertorio diferente para el que, claro está, no le quedó más remedio que fundar una orquesta también diferente: la OSFE.
P: Tienes formación clásica ¿Cómo es que te dio por el flamenco?
LdC: Pura casualidad. Poco después de regresar de la Ópera de Oslo, me llamó una productora andaluza que ya me conocía de antes para arreglar, dirigir y actuar en un espectáculo con figuras del flamenco, de la lírica y del pop.
Trabajando mano a mano con los flamencos sentí una parte desconocida de la emoción de la música a la que no había llegado antes. Ése y no otro fue el motivo por el que puse en marcha este proyecto. Lo llevaba madurando desde entonces porque cuando me ponía a arreglar música para ellos siempre echaba en falta una orquesta que hiciese flamenco, pero al modo sinfónico.
P: ¿En qué consiste esa idea tuya del flamenco sinfónico?
LdC: Se trata de que los instrumentos de una orquesta sinfónica canten sin cantaores, hagan palmas sin palmeros así como rasgueos y falsetas de guitarra sin guitarristas…
P: ¿Es posible?
LdC: En 2022 presentamos en la Fundación Cajasol de Córdoba ¡¡Viva el flamenco sinfónico!! primer espectáculo con esta innovadora propuesta en la que mostrábamos desde dónde partimos y hacia dónde queremos ir.
En 2023 hemos montado Magia y duende del flamenco sinfónico, otro espectáculo de la OSFE en el que hemos incorporado una visión escénica de lo que pretendemos. Para entender qué es el flamenco sinfónico basta acudir a la Plaza de Capuchinos el día 16 de abril.
P: ¿Por qué fundaste la OSFE?
LdC: Porque ninguna orquesta española se dedica exclusivamente a hacer flamenco sinfónico. Es un género nuevo cuyo repertorio está por hacer. Tuve la suerte de conocer a Carlos Pacheco, catedrático de guitarra flamenca del Conservatorio Superior de Córdoba, que llevaba años trabajando de modo callado en esa dirección y le propuse colaborar en el proyecto orquestando obras de grandes guitarristas con el fin último en esta primera etapa de suprimir la guitarra flamenca de la orquesta. De este modo fuimos creando una base con obras de Rafael Riqueni, Vicente Amigo, Paco de Lucía…
Carlos Pacheco, además, es compositor, así que todo funcionó muy bien desde el punto de vista de crear todo el repertorio.
Ahora bien, ese repertorio no figura en el atril de ninguna orquesta. Es obvio que ninguna iba a facilitar el podio a una joven directora para un proyecto experimental; así que me eché a la espalda montar yo sola la OSFE con músicos de Córdoba, donde existe un enorme talento clásico y flamenco que brota a raudales del conservatorio superior de música. Así nació la orquesta que lidero y que todos conocen cariñosamente como «la OSFE».
P: ¿Se trata entonces de una orquesta… de autor?
LdC: Pues sí. Digamos que es una orquesta muy personal.
P: ¿Cuántos la forman?
LdC: Unos 40 músicos entre violines, violas, chelos, contrabajos, flautas, clarinetes, oboes, fagotes, trompas, saxos, más una sección flamenca…
P: ¿Tienes previsto aumentar la plantilla?
LdC: Creo que la plantilla de vientos está suficientemente definida y cuenta con el toque distintivo de los saxofones, no usuales en las plantillas sinfónicas. La sección de cuerda sí que convendría ir ampliándola con el tiempo, pero por ahora no tenemos apoyo de ninguna institución y se hace complicado este tema. Además, la cuestión logística también hay que tenerla en cuenta y mover a la orquesta nos supone pensar en no más de 55 músicos, que es la cabida de un autobús.
P: De todos modos… ¿contarás con algún tipo de apoyo económico, no?
LdC: El principal apoyo que he recibido hasta ahora ha sido el de la Fundación Cajasol de Córdoba, que nos cede gratuitamente su sede para poder ensayar, algo por lo que le estoy enormemente agradecida. Sin esa ayuda, que es inestimable, lanzar este proyecto cada temporada sería imposible.
El concierto de Capuchinos lo financia también la Fundación Cajasol sin cuya aportación sería imposible hacerlo. Lo ha programado dentro del Tour del Talento que organiza la Fundación Princesa de Girona junto con la Delegación de la Juventud del Ayuntamiento de Córdoba.
Para los ensayos generales, el Conservatorio Superior de Música Rafael Orozco nos ha cedido para esta ocasión el auditorio, gesto que agradecemos enormemente a su director Manuel Ureña.
Fuera de ese concierto de la Fundación Cajasol, la agenda de cada temporada la planteamos sin red alguna, sólo a través de nuestro distribuidor.
P: Entonces… ¿cómo puedes funcionar?
LdC: Con ingenio y, sobre todo, con la ilusión e implicación voluntaria de mis músicos en el proyecto.
Y también que a los dieciocho años creé una asociación cultural con el objeto de diseñar proyectos musicales y disponer de fondos. Todo el dinero que obtenía de distintas fundaciones para los proyectos que hacía los aportaba a la asociación y así, quince años después, he podido disponer de un fondo holgado con el que lanzar este proyecto. Obviamente, el fondo se acaba y hace falta financiación. En ello estoy con la Fundación Cajasol; también con la Cámara de Comercio de Córdoba y con la Agencia andaluza de instituciones culturales. Mover una orquesta sinfónica no es nada fácil.
P: Por cierto… ¿Cuál es vuestro papel dentro del Tour del Talento?
LdC: Mostrar el talento musical cordobés y animar a las empresas a que nos escuchen porque uno de los objetivos de la OSFE es ponerse al servicio de las empresas para que vean que la cultura puede aportar algo a su cuenta de resultados.
P: ¿Después de ese concierto tenéis algo más en perspectiva?
LdC: Tenemos algo. Da mala suerte anticiparse a los organizadores; así que cuando ellos difundan a los medios sus festivales y confirmen nuestra participación en ellos, será el momento de que la OSFE hable. Toca esperar.
Confío en que los que se acerquen el domingo a la Plaza del Cristo de los Faroles disfruten. Y sobre todo que acudan los aficionados de las peñas flamencas. Me interesa muchísimo su opinión porque ellos custodian la tradición del flamenco. Lo que humildemente tratamos de hacer en la OSFE, con profundo respeto hacia ellos, es intentar plasmar el legado de su tradición en el sinfonismo.
Algo así como del tablao a la sinfonía. Simple… pero complejo.