Cómo empezar a invertir

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Cómo empezar a invertir

Después de tantas cuestiones y términos sobre inversión, tratados en las entregas anteriores, procede hacer un resumen de los pasos y el cómo empezar a invertir:

  1. Antes de invertir, debo tener creado mi Fondo de Emergencias

Aunque pueda empezar a invertir con muy poco dinero, los asesores financieros desaconsejan empezar a invertir sin tener saneadas mis finanzas personales. Y como ya se ha visto en más de una ocasión, el mejor indicador de salud financiera es la existencia de ahorros y suficientes como para tener creado el Fondo de Emergencia.

El fondo de emergencias es mi colchón económico para hacer frente a gastos imprevistos. Con suficiente dinero para cubrir entre 3 y 6 meses de mis gastos y tenerlo disponible de inmediato, en una cuenta corriente sin domiciliaciones, por ejemplo.

  1. Invierto sólo el dinero que no voy a necesitar a corto plazo

En todo momento se está hablando de invertir ahorros, no otro dinero que tengo y que debo utilizar en cubrir mis necesidades y pagar mis compromisos adquiridos.

Cuando invierto dinero debo tener claro que voy a correr un riesgo, que puedo sufrir pérdidas en cuanto que no recupere parte de mis ahorros invertidos. Por esta razón, sólo debo invertir el dinero que estoy seguro no voy a necesitar en un plazo inmediato.

Debo tener claro que cualquier inversión que acometa tiene un riesgo, aunque sea muy bajo. Asimismo, debo tener presente que, a mayor riesgo, mayor rentabilidad.

Esto me lleva al siguiente paso.

  1. ¿Cuál es mi perfil de inversor?

Generalmente no voy a contactar directamente con quien emite los títulos u oferta las inversiones, se hace a través de intermediarios que además me pueden asesorar en las inversiones. Puede ser un profesional, bróker, o una agencia o sociedad de valores o mi propia entidad financiera. Todos ellos, lo primero que van a hacer es pasarme una batería de preguntas, test del inversor, para poder analizar de forma específica objetivos, horizonte de inversión, necesidades de liquidez y la tolerancia y entendimiento del riesgo que estoy dispuesto a correr.

También puedo encontrar en internet multitud de test para comprobar mi perfil de inversor. Este test me dirá si mi perfil es conservador, moderado o arriesgado. Hay toda una serie de productos adecuados para cada tipo de inversor. Mi asesor financiero me dirá si los productos que más me atraen son los adecuados y, si no lo fueran, me ofrecerán las alternativas más idóneas.

  1. Crear mi Cartera de Inversiones

Una vez que sepa cuál es mi perfil inversor podré acudir, a través de mis asesores financieros, a los mercados financieros e invertir en diferentes productos que se adaptarán a mis necesidades y objetivos de inversión.

Por ejemplo, si mi perfil es conservador y uno de mis objetivos financieros es crear un fondo complementario para mi jubilación (que me llegará dentro de 20 años), el dinero que tengo ahorrado para ello lo puedo invertir en bonos del estado a 5 años, ya que me dan garantías por ser emitidos por el Estado (poco riesgo) y a largo plazo (no voy a necesitar de momento el dinero) y el interés es aceptable.

Lo más recomendable para estos primeros pasos es invertir una determinada cantidad de dinero e ir haciendo pequeñas aportaciones periódicas que me aseguren tener cierta rentabilidad en el futuro. Además, siempre puedo ir incrementando estas cantidades en determinados productos con el paso del tiempo. 

Por ejemplo, si ahora quisiera invertir otra parte de mis ahorros, de los que no voy a necesitar, para luchar contra la inflación podré invertir en acciones de empresas líderes en su sector (que me den mejores garantías y obtengan beneficios) o en participaciones de un Fondo de Inversiones y, aunque asuma más riesgo, la rentabilidad puede ser mayor.

Y como ya se ha visto, mi cartera debe estar diversificada. Debe contener inversiones de distintos tipos, sobre todo de comportamientos dispares como suele ocurrir con la renta fija y la renta variable. La clave de la diversificación radica en que es poco probable que activos que no guardan correlación entre sí tengan un comportamiento similar

  1. Mantener mi Cartera de Inversiones

Ya tengo mi cartera con las distintas inversiones, cada una asignada a mis objetivos financieros, y a unos plazos medios y largos. Ahora puedo descansar, no quiero estar sometido al stress de las subidas y bajadas de valor en los mercados ¿Se acuerdan del término volatilidad?

Sin embargo, no debo de perder de vista mi cartera y periódicamente revisarla, hacerle un mantenimiento, por si las inversiones, por los movimientos de los mercados o por su propia naturaleza, ya no se ajusten a mis objetivos.

Por ejemplo, para luchar contra la inflación invertí en acciones de una empresa tecnológica líder; pero el sector tecnológico se está recapitalizando y no va a dar dividendos. Puede que sea el momento de vender e invertir en otra empresa de otro sector. También debo considerar que conforme se aproximen mis objetivos financieros o crea que voy a necesitar a corto plazo el dinero, porque queda poco para la jubilación o mis hijos van a estudiar un máster, entonces debo optar por productos de inversión conservadores y más líquidos, como la renta fija. La rentabilidad será menor; pero tendremos más seguridad de que no vamos a perder dinero y de que podremos rescatar el dinero cuando queramos.

Para finalizar estos mensajes de Los Lunes Financieros, recordar lo dicho en el primero de ellos: ¿qué quiero conseguir con la inversión? La respuesta “sacar el máximo partido a mis ahorros” no está exenta de riesgo. Puedo ganar más dinero; pero también perderlo.

El mundo de los inversores es un mundo muy amplio y muy complejo; aunque con las directrices básicas vistas y asesoramiento puedo conseguir poner mis ahorros a trabajar.