El presidente de la Fundación Cajasol, Antonio Pulido, y el presidente de la Fundación Bidafarma, Leandro Martínez, han firmado un convenio de colaboración con el objetivo de mejorar los tratamientos post‐ictus así como la identificación temprana de cualquier complicación post‐ hospitalaria de estos pacientes.
En el marco de este acuerdo se establece la colaboración que permite alcanzar el objetivo de mejorar la calidad de vida, dando apoyo y seguimiento socio‐sanitario al colectivo de personas afectadas por ictus, desde las farmacias comunitarias, y en coordinación con los Hospitales de Cádiz y Puerto Real.
Este acuerdo forma parte del compromiso de la Fundación Cajasol con la provincia de Cádiz donde desarrolla su actividad cultural, educativa y social con la puesta en marcha de innumerables proyectos propios y en colaboración con otras entidades e instituciones, como en este caso con la Fundación Bidafarma.
Tras la firma del acuerdo, Leandro Martínez, presidente de la Fundación Bidafarma, declaró: “Con este acuerdo, Bidafarma busca poner en valor el papel fundamental del farmacéutico en el seguimiento de los pacientes que han sufrido un ictus, garantizando una correcta adherencia a los tratamientos. Este acuerdo cobra más importancia si cabe teniendo en cuenta además que Cádiz es la provincia con mayor incidencia de esta patología”.
“Sabemos que el ictus no sólo afecta a la vida de quienes lo padecen, sino también la de sus familias y su entorno cercano. Por eso, el seguimiento post-ictus es crucial para mejorar la calidad de vida de los pacientes, prevenir recaídas y reducir complicaciones. Y qué mejor lugar para ofrecer ese seguimiento y apoyo que la farmacia, un espacio accesible, cercano y de confianza para los pacientes”, apuntó el presidente de la Fundación Bidafarma.
En el acto también estuvo presente el presidente de Bidafarma, Antonio Mingorance, para mostrar el apoyo a la labor de la fundación y el compromiso de la cooperativa con este tipo de proyectos que son un “reflejo de nuestros valores y de nuestra vocación de servicio a la sociedad”, señaló. Asimismo, quiso destacar que Bidafarma, como cooperativa enmarcada en la economía social, su misión va más allá de ámbito empresarial, “estamos aquí para generar un impacto positivo, para ser agentes de cambio y para contribuir al bienestar de las personas, en este caso de los pacientes que han sufrido un ictus y sus familias”.
La sinergia entre ambas fundaciones permite, por tanto, la puesta en marcha de un proyecto que no solo tiene un impacto positivo en la vida de los pacientes, sino que también destaca el papel de la farmacia como pilar fundamental en el sistema de salud.