Huelva homenajeo el pasado viernes 25 de octubre a Onofre López en un acto que sirvió de marco a la presentación del libro "Entre coplas y versos", por parte de Antonio Pulido, presidente de la Fundación Cajasol. Asímismo se descubrió un busto realizado por el escultor Eulogio Rebollo y se proyectó un audiovisual. El acto se completó con las actuaciones de José María de Lepe, Ramón Jesús Díaz, Carmen Molina, Plácido González, Peña Flamenca de Huelva, Peña Femenina de Huelva, los Marismeños, Trini Navarro y el Pecas.
El flamencólogo y compositor onubense Onofre López falleció en Huelva tras un largo tratamiento por cáncer de pulmón. Profundo conocedor del cante, afición que cultivó desde pequeño, fue conferenciante en ciclos flamencos de varias universidades, analista de la obra de cantaores como Antonio Mairena, Enrique Morente, Antonio Rengel y otros artistas, crítico y director de programas flamencos en las cadenas COPE y SER y director-presentador de varias series de programas flamencos en las televisiones locales de Huelva. Autor de una misa rociera, así como de parte de los fandangos que interpretó Paco Toronjo y de sevillanas tan conocidas como 'Blanca y azul', que es un himno popular para los onubenses, o 'La Toña y la Malena', sus sevillanas las grabaron grupos como Los Marismeños, Onuba, Las Niñas de la Manola, la Peña Femenina y la Peña Flamenca de Huelva, entre otros.
En la última edición de estos galardones, fue reconocido con la Medalla de Huelva por su creatividad y aportación al mundo del fandango y al nombre de Huelva en el exterior. Onofre López, que co-dirigió con Antonio El Rociero-El Raya la Antología de los Fandangos de Huelva, era sin duda el más profundo conocedor de los cantes de esta capital y provincia. Respetado y apreciado por todos los aficionados al cante, su obra tuvo como pasión constante la Huelva de sus amores, a la que dedicó sus más bellas letras. Era también cantaor por sevillanas y fandangos. Grabó tres discos, de los que sacó las pasadas Navidades una remasterización, que puso a disposición de la Asociación de la Lucha contra el Cáncer. Onofre –no se necesitaba decir su apellido para saber de quién se estaba hablando- fue un aficionado cabal e incorruptible que enseñó parte de sus conocimientos a mucha gente joven que se comienza a practicar el cante. Deja una obra musical grabada y escrita. Pero, sobre todo, deja cientos de amigos por todas partes, por su carácter cálido, cercano y jovial. Descansará en paz desde ahora. Ha fallecido justo el día en que cumplía los 77 años.
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