Cientos de inmigrantes llegan a Huelva buscando una vida mejor, pero no es fácil abrirse camino en un lugar extraño, donde no se conoce a nadie y donde, en muchos casos, no se habla el idioma.
Evitar el riesgo de exclusión, reducir el aislamiento y unir a través de la música son los principales objetivos de la Coral Guadalupana, auspiciada por la Pastoral de Emigrantes del Obispado de Huelva y a la que la Fundación Cajasol ha respaldado para de esta manera, contribuir a la integración a través de la cultura y de la música.
Así, la Fundación Cajasol ha hecho posible la adquisición de los instrumentos necesarios para que pueda sobrevivir esta coral multicultural integrada por más de cien personas.
La Coral Guadalupana ofrece un sitio a personas llegadas desde El Salvador, Portugal, Rumanía, México, El Salvador, Honduras, Cuba, República Dominicana, Argentina, Brasil, Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia, Guinea, Mozambique, Nigeria, Camerún y otros muchos países.
El grupo, que ensaya los miércoles en el Centro Siloé de la calle Doctor Cantero Cuadrado, está abierto a todos y se ha convertido en espacio de convivencia e integración, así como en un grupo que aporta diversidad cultural a Huelva a través de la música.
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