La Fundación Cajasol continúa proporcionando información financiera cotidiana a través de ‘Los Lunes Financieros’. En este segundo lunes de febrero retomamos la idea del lunes pasado en la sesión final dedicada a Salud Financiera: planificar resulta insuficiente sin un seguro que nos respalde ante una situación adversa. Empecemos por lo más básico: ¿qué es un seguro? Es un contrato por el que la compañía de seguros se compromete a indemnizar, en caso de que se produzca una contingencia o siniestro, el daño producido o a satisfacer un capital, renta u otra prestación pactada.
Los seguros nos pueden ayudar a reducir el coste o efecto de una pérdida causada por distintos riesgos a los que estamos expuestos. De producirse un evento desafortunado, los gastos que éste produzca pueden ser difíciles de cubrir con nuestros ahorros, pues, generalmente, no estamos preparados para catástrofes. La compañía de seguros acepta asumir ese riesgo por probabilidad. Porque con las cuotas que cobra a sus asegurados, la compañía es capaz de cubrir los siniestros del pequeño porcentaje de asegurados que los sufren y les queda margen para funcionar y obtener beneficio. Hay diferentes tipos de seguros, tantos como riesgos queramos cubrir: vida, hogar, salud, coche, decesos, viaje …