El Ciclo Fundación Cajasol en Redes cerró el curso 2018-2019 con un encuentro muy especial que ha despertado máxima expectación entre un público que ha agotado el aforo del salón de actos de la Fundación Cajasol en Sevilla para ver al doctor Mario Alonso Puig reflexionando sobre en qué ayudan y en que anulan las redes sociales: un abordaje desde el humanismo. La cita ha sido este viernes 14 de junio. El papel tan importante que están jugando las redes sociales en nuestra forma de interactuar hace necesario que nos planteemos en qué medida suponen estas un avance y en qué medida podrían ser un retroceso. A veces nos olvidamos de que el ser humano es un ser de encuentro y que ese encuentro no sucede de cualquier manera. El alarmante aumento de cuadros de déficit de atención tanto en niños como en adultos y su asociación con una vida que sucede entre pantallas, nos invita a plantearnos cuál es el mejor camino para compaginar las grandes oportunidades que ofrece el mundo digital con las necesidades más profundas de la naturaleza humana. Si no has podido asistir, aquí te dejamos un VÍDEO con la intervención de Alonso Puig.
Enumerando los aspectos en los que puede incidir negativamente el mal uso de las tecnologías y las redes sociales Mario Alonso los resumió en la falta de sueño, el sedentarismo, la falta de atención, la soledad o la falta de autoestima. El Dr. incidió en la importancia de la conexión social, más allá de que todos pensemos que estamos conectados. «El amor cura; el amor alarga la vida. Todo lo que sea perder el contacto humano está trastocando la condición natural. No sustituir el mundo real por el virtual. A veces las pantallas nos ofrecen una salida fácil de evasión», advirtió Mario Alonso Puig. «Hay muchos intereses en que no pensemos, en que vayamos atropelladamente. César ya quería pensamiento plano. Son interesantísimas las posibilidades que ofrecen las tecnologías digitales y redes sociales, pero ninguna tecnología puede superar el mundo real ni al ser humano. La tecnología está al servicio de las personas y no las personas al servicio de la tecnología», sentenció.