Este 3 de julio comenzó una nueva edición del campamento urbano Sunset Campus, un proyecto impulsado por la Fundación Cajasol en colaboración con los ayuntamientos anfitriones de las provincias de Huelva, Sevilla y Cádiz en el que se ofrece una alternativa de ocio, diversión y solidaridad a los participantes. El proyecto, que se prolonga durante todo el mes, nació hace cuatro años con la idea de convertirse en una alternativa de diversión y crecimiento personal y por él han pasado ya alrededor de 400 alumnos, a los que se suman los más de 500 niños y adolescentes que han formado parte del proyecto Noël Campus, la iniciativa de similares características que se desarrolla durante las vacaciones de Navidad. Para la Fundación Cajasol es una satisfacción poder poner en marcha este tradicional y arraigado campamento de verano que busca favorecer la igualdad de oportunidades y la integración social a través de juegos y diversión.
En total son 150 alumnos los que participan en esta edición que se está celebrando en Camas, San Juan de Aznalfarache, Cádiz, Puerto Real y Huelva. A través de los Servicios Sociales de los ayuntamientos participantes, niños entre 6 y 12 años de forma gratuita en una serie de actividades y juegos veraniegos que buscan fomentar el compañerismo y propiciar momentos felices para los participantes. Pero la filosofía del proyecto va más allá del entretenimiento al proponerse un verano diferente, buscando recuperar las charlas con los amigos, los juegos tradicionales, la práctica del Deporte, las manualidades o disfrutar al aire libre frente al excesivo consumo que niños y adolescentes hacen de las nuevas tecnologías, fundamentalmente del WhatsApp, videojuegos y la televisión sin control.
Los participantes acuden a las distintas instalaciones municipales de lunes a viernes en horario de 9:00 a 14:00 horas para relacionarse de otra manera y fomentar su curiosidad y solidaridad. Otro de los retos marcados consiste en ofrecer diversión y salidas culturales y de ocio a unos alumnos con escasas posibilidades de disfrutar de un verano activo y variado, como hacen otros niños de su edad.
Dirigidos por monitores especializados en entrenar y formar a niños, los campamentos dan una importancia especial al coaching a través de charlas, coloquios y proyecciones de audiovisuales para el crecimiento personal y la superación de complejos, algo tan habitual en los años pre adolescentes. Todo ello con el fin de que los alumnos saquen lo mejor de sí mismos y destaquen sus potencialidades y habilidades
Con los recursos disponibles se ha programado un variado cuadro de actividades que incluyen desde estudio dirigido voluntario para aquellos alumnos que tenían algo pendiente en septiembre, a un amplio abanico de juegos. También se han planificado talleres de Comunicación y coaching, manualidades con pintura, goma eva, cartulina, plastilina, o juegos deportivos como fútbol, baloncesto, baños en la piscina y rutas culturales por rincones de cada uno de los municipios en los que se celebra.
El campamento destaca que las nuevas tecnologías son de gran utilidad, pero con medida, y que hay distintas formas de aprender. Este mensaje se les enseña a los participantes a través de la práctica del día a día con conversaciones con los amigos, la convivencia de cada alumno en el grupo y fomentar la curiosidad innata que tienen los niños y adolescentes por conocer el entorno, algo que los pueden enriquecer mucho más que el contacto frío al que nos condenan hoy las redes sociales y los smartphones.