¿Cómo conseguir la resiliencia financiera?

,
Cómo conseguir la resiliencia financiera

¿Cómo conseguir la resiliencia financiera? (I)

En la entrega anterior se vio algunas características de la persona resiliente: positividad; flexibilidad; enfocado a objetivos; organización y proactividad. Cultivar estos rasgos de la personalidad queda un poco ajeno a estos mensajes financieros, por lo que se propone, o insisten, en algunas medidas básicas que me deberían preparar si sufro un revés económico: ahorrar para crear el Fondo de Emergencias, controlar los gastos diarios, controlar las deudas, planificar el futuro y, desde luego, conseguir más conocimientos en temas financieros.

Estas medidas debería ponerlas en marcha cuanto antes en previsión de la próxima crisis que impacte de forma negativa en mi salud financiera. De este modo, si el próximo revés me alcanza, las consecuencias serán menores, pues tendremos una resiliencia financiera sólida capaz de dar respuesta a un escenario adverso.

Hay que hacer hincapié en estas medidas:

Ahorrar 

Esta es la primera medida clave. Es un tema básico e imprescindible en las finanzas personales y familiares, que ya se ha tratado en numerosas ocasiones en los Lunes Financieros; pero se insiste una vez más.

¿Se puede imaginar disponer de dinero suficiente para pagar cualquier factura que llegue o hacer frente a un gasto inesperado, como una avería urgente en el hogar, sin que suponga un quebranto económico en ese momento o pedir dinero prestado?

Este podría ser el sueño de cualquier persona: vivir sin angustias y con la seguridad financiera de estar cubierto para lo que venga. Porque, lo contrario, no tener dinero para hacer frente a esos pagos es una preocupación para cualquier persona.

Se recuerda la idea radical, que puede sonar contradictoria: Convierte el Ahorro en el primer gasto. En cuanto se recibe el ingreso mensual, aparto el dinero a ahorrar en una cuenta donde no pueda tocarlo. La fórmula correcta del ahorro es: Ingresos – Ahorro = Gasto

Por lo que una vez salvada la cantidad a ahorrar y puesta a buen recaudo, lo que me quede del ingreso lo destino a gastar. A gastar con cabeza.

Mejorar nuestros hábitos de consumo

Disponer de dinero en cantidad suficiente se consigue ahorrando y ahorrar es posible. Ayuda, y bastante, saber discernir entre lo que es necesario y lo que es superfluo y también estar motivado para ello.

Debo pararme un momento para pensar en hacer pequeños ajustes en mi forma de consumir. En primer lugar, evaluar mi comportamiento en las compras: ¿es racional o impulsivo? ¿Sé diferenciar entre una necesidad y un capricho? Si no lo compro ¿me producirá un quebranto o simplemente una insatisfacción pasajera? Debo reprimir ese impulso irracional, que en la mayoría de las ocasiones me lo provoca la publicidad y el marketing agresivo que me llega por todos lados.

Esta precaución también debo tenerla con los llamados “gastos hormigas”, pequeños consumos no necesarios que en principio no parecen afectar significativamente; pero luego tienen una incidencia económica importante: el tabaco, los cafés, la copita, la salida el fin de semana… Benjamín Franklin decía que hay que cuidar de los pequeños gastos porque un pequeño agujero hunde un barco.

Se consigue ahorrar, no solo reservando dinero para ello (a primeros de mes), también gastando bien en cosas necesarias (así nos sobrará dinero a final de mes).

Cuando se cuenta con un Fondo de Emergencia se evitan las situaciones de estrés, agobio y presiones al llegar los tiempos difíciles. Además, proporciona un tiempo precioso para pensar con tranquilidad los pasos para adaptarse a la nueva situación.

En la próxima entrega más medidas para hacerme más resiliente.

Habilidades

, , , , , , , , ,

Publicado el

febrero 12, 2024