Cómo sobrevivir a la inflación (III)

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Inflación: cómo comprar según la necesidad

En junio pasado dedicamos los mensajes de Los Lunes Financieros a “Cómo sobrevivir a la inflación”. En ellos dábamos las indicaciones para poner en marcha un plan para amortiguar los efectos de la inflación en las economías familiares. También en septiembre emitimos un mensaje especial ante el incremento que se está dando en el uso del crédito personal.

Volvemos sobre este tema porque, aunque la inflación bajó de nuevo en septiembre, sigue siendo muy alta, 8,9%. En estos nuevos mensajes vamos a centrarnos en dos problemas colaterales que afectan de lleno a las familias. Damos pautas para reforzar el plan que proponíamos en junio.

Ya sé que mi poder adquisitivo ha disminuido, con el mismo dinero de antes ya no puedo comprar los mismos productos y servicios ahora, por ello, es necesario que haga un esfuerzo por cambiar mis hábitos de compra y consumo. Dedicar un poco de mi tiempo a este cambio redundará en evitar que la inflación me golpee con tanta fuerza. Mi salud financiera me lo agradecerá; pero también mi salud física y mental.

Los precios de los alimentos subieron en septiembre más del 8,9% calculado en el IPC. Dedicamos una serie de recomendaciones concretas para amortiguar la subida de precios en estos productos.

Comprar según la necesidad.

La idea es cubrir todas mis necesidades y las de los míos empleando el mismo dinero, o menos, que antes de producirse la crisis.

Lo que NECESITO: Las necesidades primarias hay que cubrirlas sí o sí. Hacer la compra es lo primero. Antes de salir de casa compruebo qué es lo que de verdad me hace falta y lo anoto. Hago una lista y compro solo lo que he apuntado en ella. Compro según la necesidad. No hago una compra gigantesca, en la que acabo metiendo cosas de más, que no son tan imprescindibles.

Las OFERTAS: Acudiré a las ofertas de productos que he marcado como necesarios; pero no a las que sean muy atractivas de productos que no están en mi lista. Estas últimas ofertas desviarán mi dinero de las cosas que necesito y me harán gastar más.

Los productos SUSTITUTIVOS: La sustitución de un producto por otro que cubre la misma necesidad y es más barato, es otra opción a tener en cuenta de cara a mantener el nivel de gastos anterior a la inflación. No solo cambiar de marca; sino también de producto.

El ADELANTO de las compras:  Aquellos productos que los consumo casi a diario, sería interesante comprarlos en cantidad suficiente antes que suban de precio, siempre que pueda almacenarlos y conservarlos, no vaya a ser que tenga que tirarlos porque caduquen. Aquí debo tener precaución de no acaparar tanto un producto que produzca carestía del mismo y provoque su subida adicional de precio.

La FRECUENCIA de las compras: Ir al supermercado más a menudo, para hacer compras más pequeñas, de menos productos, siempre que estén en mi lista, claro. Así evitaré las grandes compras en las que siempre se cuelan otros productos no tan necesarios.

Los PAGOS EN EFECTIVO y no con tarjeta: Pagar en efectivo me produce un efecto psicológico compensatorio. Consiste en que la satisfacción de cubrir una necesidad al comprar el producto se compensa con la insatisfacción que me produce la salida de dinero de mi cartera. Por el contrario, pagar con tarjeta no me produce ninguna insatisfacción, pues saco un plástico de la cartera y me lo vuelvo a guardar. Esto hace que con la tarjeta no sienta tanto la “perdida” de dinero y pueda comprar cosas que no están en mi lista y no sentir ningún remordimiento.

A ver si soy capaz de cambiar a hábitos mejores y, una vez pasada la crisis, mantenerlos.