Marcarme objetivos a medio plazo.
Vivir el presente es absolutamente necesario, pero tengo que pensar que mañana seguiré viviendo y pasado mañana… Vivir intensamente el momento, sin pensar que “mañana” se convertirá en “hoy”, en “presente” y que no tengo recursos para vivirlo porque ya los quemé ayer, lo voy a pasar mal.
Nueva actitud: Pensar en el futuro.
Las bases para mi tranquilidad y seguridad en el futuro pasan por pensar en ello hoy, debo pensar en un plan y ponerlo en marcha. Como todo plan, debo marcarme unos objetivos, saber cuánto me van a costar y unas acciones que tomaré para alcanzarlos. Todo pasa por conseguir el dinero suficiente para ello, si los ingresos son los que son, habrá que ahorrarlo.
Sé que esto puede significar un gran esfuerzo, pero aquello a lo que renuncie hoy, me dará satisfacción mañana.
El Plan conlleva marcarme objetivos realistas, que se puedan conseguir, y las acciones, que sean posibles realizar. Como dije antes, hay que conseguir ahorros en el tiempo marcado.
Diseña un plan de acción
Con mi objetivo establecido, mi presupuesto organizado y los métodos de ahorro definidos, llega el momento de diseñar un plan de acción. Veamos un ejemplo:
Eliminar deudas
- Objetivo: cancelar mi tarjeta de crédito
- Cantidad que queda por pagar (capital más intereses): 900 euros
- ¿Cuánto dinero puedo ahorrar por mes?: 100 euros
- ¿Cuánto tiempo me llevará?: 9 meses
- Acción inmediata: ¡Sacar la tarjeta de la cartera para no utilizarla más!
El Plan de Ahorro me va a permitir conseguir los ahorros, lo que me permitirá, a su vez, vivir más tranquilo, con seguridad e independencia financiera para cumplir los objetivos que me he propuesto y poder afrontar cualquier imprevisto que surja.
El hábito del Ahorro debe convertirse en un estilo de vida para garantizarme mi estabilidad financiera y mi salud emocional y física.