¿Qué me aporta el minimalismo financiero? Hay ventajas que pueden aparecer, y seguro aparecerán, en mi vida si aplico los consejos minimalistas en mis finanzas:
1. Disminuiré mis deudas
Simplificando mis necesidades, centrándome en las que me aportan valor, necesitaré menos cosas, tendré más dinero y, por supuesto, no tendré que acudir a pedir fondos que no tengo, evitaré las trampas del endeudamiento y las compras compulsivas.
Insisto en que, si no puedo pagarlo, no debo comprarlo.
Además, si gasto menos, ahorro más, así podré poner en marcha un plan de amortización anticipada de las deudas que tenga, que me llevará a no tener que pagar una buena cantidad de dinero en intereses. Más dinero que ahorro.
2. Ahorraré más
Con el minimalismo gastaré el dinero en función del valor que me va a proporcionar cada cosa. Vuelvo a “Propósito de la Compra”: antes de comprar cualquier cosa debo preguntarme si lo necesito y en qué grado me hará feliz esa compra.
Lo normal es que ni lo necesite, ni me produzca felicidad a medio o largo plazo. A corto plazo sí, por la inmediatez de tenerlo, por conseguir un chollo, por la presión de la publicidad… recuerdo que son las trampas o atajos a las que me lleva mi cerebro.
La consecuencia es clara: consumiré menos y ahorraré más dinero que antes.
3. Compraré mejor
El simple hecho de pararme a pensar si debo comprar algo diluirá cualquier efecto de marketing en mí y mi cerebro se volverá más racional, impidiendo que aflore los instintos básicos que me lleven a las compras compulsivas.
Compraré menos y con la perspectiva minimalista hará que esas compras tengan más sentido y calidad.
Además, compraré productos de una calidad adecuada para la necesidad que tengo y que esa necesidad la tendré cubierta por un tiempo adecuado. Nada de que me dure una temporada. Lo barato sin calidad debo desecharlo.
4. Hasta podré ganar dinero
Una de las premisas básicas que plantea el minimalismo es renunciar a lo que no me hace feliz en la vida para centrarme en lo que sí lo hace. Traducción simplifica mi hogar y lo que hay en él.
¿Qué puedo hacer con lo que ya no necesito? Puedo pensar en venderlo y así recuperar algo del dinero que empleé en su adquisición; pero debo poner una fecha límite a las ventas, no seguir manteniéndolas a la espera de que aparezca un comprador.
Otra opción puede ser donar lo que no venda y, si no estuviera en condiciones, reciclarlo.
5. Tendré más tiempo para mí
Si tengo menos cosas, necesitaré menos tiempo para dedicar al mantenimiento de ellas: limpiarlas, ordenarlas…
Trasladado al terreno de mis finanzas, cuando simplifique su gestión, de cuentas, tarjetas, inversiones… Si tengo mi estructura financiera simplificada, utilizaré menos tiempos en esta tarea.
6. Adiós al estrés
Al final, como he visto, el minimalismo es una forma de evitar el estrés financiero por no saber en qué se me va el dinero, por no llegar a fin de mes con holgura, por no ahorrar lo suficiente, por no poder cubrir los gastos con mis ingresos, por darme cuenta de que tengo más cosas que a la postre no me interesan.
Si soy capaz de hacer lo que me proponen desde la perspectiva minimalista, los niveles de estrés se reducen y mi tranquilidad aumentan.
MANOS A LA OBRA