¿Cómo es que yo no soy millonario? Rasgos que caracterizan a los millonarios (I)
Hay gente que constantemente se plantea esta pregunta: “¿cómo es que yo no soy rico?” Son personas que trabajan mucho, que tiene buena formación y unos ingresos elevados; pero siguen haciéndose esta pregunta. Su patrimonio no despega.
Treinta años hace que Thomas J. Stanley y William D. Danko publicaron “El Millonario de la Puerta de al Lado”, libro que recoge un gran estudio sobre los millonarios en Estados Unidos, cuyas conclusiones sorprendieron a todo el mundo, porque las personas que tenían más de un millón de dólares de patrimonio no eran quienes pensaban los demás. Algunos millonarios eran sus vecinos de al lado.
Hoy en día, a pesar de que los negocios han evolucionado, esas conclusiones siguen vigentes y pueden dar respuesta a esa pregunta y, de paso, si presto un poco de atención me ayuden a mejorar o reforzar mis finanzas personales.
El libro recoge los principales rasgos personales de los numerosos millonarios que entrevistaron sus autores y que vivían sin ser percibidos por sus vecinos como tales. Por lo general se trata de un hombre de negocios que ha vivido en la misma ciudad durante toda su vida. Es propietario de un pequeño negocio. Sus vecinos tienen un patrimonio que no superan una pequeña fracción del suyo. Tiene como bandera el ahorro e invierte todo lo que puede. Es una persona que se ha hecho a sí misma.
En su libro los autores destacan los rasgos comunes de todos esos millonarios que entrevistaron. Veamos cuales son y si puedo imitarlos para mejorar mis finanzas personales.
1.- Viven bastante por debajo de sus posibilidades
Los millonarios tienen un estilo de vida modesto: no viven con muchos lujos, viven en un barrio normal, no tienen coches de alta gama ni hacen ostentación de riqueza alguna.
Esto para mí puede resultarme, si no difícil, complicado, pues he hecho de mi ostentación externa una forma de posicionarme en la escala social, que los demás vean mi nivel de vida y por tanto el éxito que tengo.
“Gastar tiempo y dinero intentando parecer superiores tiene un resultado previsible: menos logros económicos.”
Gastan menos de lo que ganan: AHORRAN. Esta es la clave de la “vida modesta”. Para conseguirlo controlan sus finanzas, primero registrando cada euro que entra y sale de sus patrimonios y después evaluando si las salidas son las adecuadas para satisfacer sus necesidades. Esto solo se consigue con la elaboración y control de un PRESUPUESTO mensual (de cuya bondad ya se ha hablado en diversas ocasiones en los Lunes Financieros).
Como consecuencia de trabajar con un Presupuesto que esté controlado (los gastos no superen los ingresos) habrá ahorrado y tendrá creado un Fondo de Emergencia. Así, cualquier gasto inesperado o que se salga de los límites hará saltar las alarmas por desviación y entrará en juego a este fondo, evitando las deudas y los costosos pagos de sus intereses.
Me quedo con: Ahorrar es esencial para crear un patrimonio. Además, me da tranquilidad que redunda en mi salud.
2.- Son eficientes empleando tiempo, dinero y energía
Estos millonarios emplean mucho tiempo planificando sus finanzas y buscando inversiones. También dedican tiempo al control de su Presupuesto, deben mantener sus gastos por debajo de sus ingresos y atender a cualquier desviación que se produzca (gastar más de lo deseado en una partida o no ingresar una cantidad prevista).
En lo que no va a dedicar tiempo es a buscar ofertas de consumo de lujo, para ello aplican una regla de oro básica: solo compro lo que me puedo permitir pagar en efectivo.
También dedican tiempo a buscar inversiones, muchas de ellas en bolsa; pero no son inversores activos, esos que están al tanto de los movimientos diarios de las cotizaciones de los títulos. Más bien estudian negocios o empresas que son rentables en el tiempo e invierten en sus títulos, manteniéndolos en sus carteras durante meses o años.
Por último, sólo dedican tiempo y energía a asuntos que ellos pueden controlar, en los que su acción produce un resultado. Si no se puede influir en el asunto, poco se puede hacer. Prestarle atención sólo conseguirá frustración y pérdida de concentración para otros temas en los que sí se puede influir.
Me quedo con: El tiempo es lo más valioso que tengo, debo emplearlo bien, a temas que me produzcan satisfacciones: personales, relacionales, financieras…
El lunes que viene, más.
