La Hermandad de San Roque, de la mano de Alfonso Medina de la Vega, Hermano Mayor de la Hermandad,  ha presentado los trabajos de restauración de la Corona de Nuestra Señora de Gracia y Esperanza, realizados por Orfebrería Ramos.

Al inicio del acto, Alfonso Medina ha querido recordar que, precisamente, «estamos celebrando en el presente año el 75 aniversario de la bendición e imposición de la corona por el Emmo. Rvdmo. Cardenal Pedro Segura, el 23 de marzo de 1947, y el 25 aniversario de la Consideración como Canónica por Decreto del Emmo. Arzobispo Fray Carlos Amigo Vallejo, el 15 de agosto del 97».

La corona, con aires renacentistas, fue realizada por Emilio García Armenta en el año 1947, siguiendo las técnicas de la orfebrería tradicional. Durante el proceso de creación, fue fundamental el desarrollo del dibujo, el abultado y cincelado de la plata y el montaje y composición de cuerpos mediante soldadura y tornillería.

En los últimos meses, se han encargado los trabajos de restauración de la pieza al taller de Orfebrería Ramos abordando, en palabras del propio Hermano Mayor «un proceso muy laborioso durante algo más de cuatro meses intensos, desmontando completamente todas las piezas de la corona».

Juan Manuel Ramos, uno de los responsables en realizar dichos trabajos de restauración, ha explicado detenidamente cómo se iniciaron estas tareas «había podido tomar contacto con un antiguo oficial suyo y él me había explicado cómo eran las técnicas que seguía su maestro -Don Emilio García Armenta-y así es como he ido haciendo el trabajo. A partir del despiece de las distintas partes de las ráfagas, ha ido separándose los haces de rayos, las jarras con flores, las estrellas y lo que es el perchete del que surgen todos estos elementos, se ha ido perfilando por el interior los dibujos y las líneas de los distintos elementos ornamentales, haciéndose fotocopias en papeles vegetales, para poder ir trazando las líneas y los dibujos y los detalles de toda la parte delantera. Una vez hecho este proceso, ha habido que hacer un dibujo nuevo, pero con los mismos perfiles y que fuera coherente con todo lo que era el dibujo frontal de tal manera que, los reversos de las hojas que aparecían convexos aparecían por detrás cóncavos. A parte de continuar con diversos filos y diversos planos para completar todo el conjunto».

Por su parte, Pedro Ramos, encargado del montaje, ha confesado que «ha sido un reto porque era una obra que quizás más complicada que hacer una pieza nueva. Creemos que hemos sabido ser humildes ante el trabajo y tener las cosas claras. Lo que teníamos que conseguir era no ser más protagonista que una pieza que ya lo es, y es muy buena, sino saber complementar ese nivel de trabajo, sobre todo, la hora de hacer una corona en este caso, la conocida corona a dos caras».