Tenemos claro que a nuestro cerebro no le gusta perder. En el polo opuesto, lo que más le gusta a nuestro cerebro es ser más listo que nadie y cazar un ofertón. Saber que hay en el mercado estos chollos y que no los vamos a cazar nos producen una sensación de oportunidad perdida que nos puede llevar a la frustración. Esta mezcla de perder y posibilidad de ganar a todos, nos puede llevar a comprar de forma compulsiva sin pensar.
Esto es más evidente en periodos de rebajas, un momento en el que encontrar chollos, con una duración limitada en el tiempo y un número limitado de unidades. Con esta presión es fácil que nuestro cerebro se sobreexcite y acabemos comprando cosas que no teníamos pensado.
El más rápido se lo lleva y no querremos que eso ocurra. El chollo deber ser para nosotros.
¿Cómo luchar contra el efecto Oportunidad Perdida?
La mejor forma de plantar cara a este tipo de trucos es contar con un presupuesto bien definido y cerrado. En el caso de las rebajas, una técnica muy efectiva es acudir de tiendas sólo con el dinero en metálico que quieras gastar y dejar la tarjeta en casa
También, hacer una lista de las cosas que necesitamos comprar y tener un poco de disciplina para no atender ofertas de otros productos que en principio no necesitamos.