El torero Enrique Ponce y José Ribagorda, periodista y presentador de informativos Telecinco, han protagonizado una nueva edición de los Mano a Mano de la Fundación Cajasol, junto a José Enrique Moreno, moderador habitual de estos encuentros.
José Ribagorda, además de ser uno de los rostros más conocidos de la televisión, es hijo de un torero y por ello, gran aficionado a la tauromaquia. Por su parte, el torero Enrique Ponce es noticia por su próxima aparición en los ruedos, el 17 de mayo en el coliseo de Nimes.
Al inicio del encuentro, Ribagorda no dudó en lanzar un mensaje en defensa de la tauromaquia, ante las últimas noticias en torno a la cancelación del Premio Nacional de Tauromaquia “la tauromaquia hay que defenderla de argumentos espureos que van, sobre todo, en contra de la libertad”, señaló. Así pues, el presentador habló de tradición, señas de identidad, de la idiosincrasia de este país y alabó la libertad que le otorga su propio medio para hablar de toros a través de la pantalla. “Los toros son noticia y no entiendo porqué no vamos a dejar de informar de ellos”, afirmó.
En relación a la reaparición de Ponce, el periodista confesó que “es una gran noticia que un torero de su dimensión vuelva a estar ahí; nadie puede presumir de las cifras que él tiene”.
Por su parte, Ponce se refirió a las circunstancias que acompañaron su inesperada retirada “necesitaba parar, me vino así y decidí no torear más; acabó la corrida de León y supe que era la última. No pensaba volver, estaba muy tranquilo, feliz en Almería pero allí donde iba me decían que no podía irme así”. El veterano diestro asumió esa expectación y tomó la decisión de volver a torear “no podía irme así y comprendí que no podía marcharme sin decir adiós; no pasarán de quince o veinte corridas, quiero que cada tarde se viva con intensidad, como una despedida de cada plaza. Había ofertas para que fuera una temporada completa pero quería que fuera algo especial y tenía que elegir” añadió el matador que declaró sentirse “ilusionado”.
Actualmente, ha reconocido sentirse bien y “con alma para dar, para decir adiós en las plazas a las que acuda sintiendo el toreo como siempre he querido transmitirlo”, explicó el torero. El propio diestro se ha definido como “un inconformista” antes de hablar de la necesaria humildad para seguir aprendiendo “sin estancarse”, aludiendo a un concepto, aprendido de su abuelo, que no es otro que “estar siempre encima del toro”. Ribagorda destacó del diestro la “inteligencia” como suprema virtud de su toreo, teniendo en cuenta que “ha estado 34 años de alternativa, ha indultado más de 50 toros, ha cubierto más de 10 temporadas toreando cien corridas de toros y ahora vuelve a los ruedos y tenemos que despedirle como se merece”.