La periodista gaditana Ana Romero, autora del exitoso ‘Final de partida’ (2015) –la crónica de los hechos que llevaron a la abdicación de Juan Carlos I–, presentó su nuevo libro ‘El Rey ante el espejo’, el primer relato de los tres años de reinado de Felipe VI, que se enfrenta al momento más convulso de la democracia y determinante para el futuro de la monarquía, este jueves, 22 de marzo, en la Fundación Cajasol, en un acto en el que intervino la periodista Lalia Fernández-Santiago.

Felipe VI acaba de cumplir 50 años. Con medio siglo de vida y tres años de reinado a sus espaldas, se enfrenta al periodo más convulso de la actual democracia y determinante para el futuro de la monarquía. La periodista Ana Romero (Cádiz, 1966) realiza el primer relato de su regencia en El Rey ante el espejo. «La obsesión del rey Felipe es que los españoles no sean juancarlistas, felipistas o leonorcistas, en su momento, sino que valoren la institución porque la consideren útil», dice la autora, señalando la situación complicada por las circunstancias políticas y por el poco apego de los jóvenes hacia la monarquía, cuya opinión, ahora favorable, puede cambiar en el futuro.

«Si en mi primer libro el protagonista absoluto fue Juan Carlos I, el anciano rey atrapado en una tormenta perfecta de la que sólo puede salir mediante la abdicación, El Rey ante el espejo es un viaje de vuelta con un sabor menos agrio: hay esperanza en el primer esbozo de Felipe VI a pesar de las múltiples dificultades a las que se enfrenta», afirma la autora, que fue reconocida por «mostrar un antes y un después en nuestro país en relación a la información y la transparencia en torno a la monarquía» con ‘Final de partida’, del que La Esfera de los Libros publicó ocho ediciones y de cuyas revelaciones se hicieron eco numerosos medios nacionales e internacionales. Esta segunda parte, ‘El rey ante el espejo’, que se vende en librerías desde hace una semana, ya se ha colocado en los primeros puestos de las listas de los libros más vendidos de No Ficción.

Retos para Felipe VI

Cuatro han sido los retos para Felipe VI en estos cuarenta meses: salvar el trono que heredó de su padre, romper con su hermana más querida, funcionar diez meses sin Gobierno y hacer frente al peligro de la desintegración de España. En la batalla lo acompaña la reina Letizia, la primera consorte plebeya de la historia, la experiodista que captura el imaginario colectivo. Mitos, tópicos, prejuicios y fobias rodean a esta mujer hierática en constante transformación física que libra su propia pelea en una sociedad cada vez más mediatizada.

El nuevo rey se mira en un espejo en el que ve muchas sombras. La de Juan Carlos I, cuyo legado aún fresco se proyecta en una cohabitación difícil con su hijo. La de algunas mujeres que se quedan en el camino, como la reina Sofía, las infantas Elena y Cristina o Corinna. La de un personaje oscuro, el excomisario José Manuel Villarejo, que busca un tesoro en la carroña real. Hay intrigas y traiciones, desgarros y aciertos en este relato shakespeariano en el que late la hipersensibilidad emocional que rodea a Felipe VI, el primer rey constitucional de nuestra historia, un hombre frío y obstinado que quiere preservar la Corona para su hija Leonor tanto como su propia esposa. A diferencia de su bisabuelo, su abuelo y su padre, este rey está decidido a no renunciar nunca al trono de España.

«En España hay falta de balance en este tipo de libros, o haces a todos buenos o a todos malos, yo he buscado el equilibrio», dice Ana Romero. «El objetivo de El rey ante el espejo no es más que el de mostrar aquello que las cámaras de televisión no nos muestran», pero sin intención «ni de encumbrar ni de destruir a nadie». La autora hace hincapié en las diferencias entre Felipe VI y don Juan Carlos I, refiriéndose a ello como un «juego de espejos entre padre e hijo». Tal y como asegura la periodista, el carácter de ambos es lo reseñable: del actual monarca, asegura es «cortés» y «frío en sus decisiones», a diferencia del carácter más «volcánico» de su antecesor. Por ejemplo, la cercanía con los políticos a la que les tenía acostumbrados don Juan Carlos, no será el caso de su hijo. Sin embargo, no cree que la diferencia entre ellos sea tan grande, porque, «dentro de muchos años compararemos reinados y nos parecerán bastante similares».