El artista flamenco Dorantes, protagonista en el ámbito cultural por grabar en el Teatro Cajasol su nuevo trabajo, «Identidad», conversa con el presidente de la Fundación Cajasol, Antonio Pulido, al ser también un reflejo de solidaridad, tanto en la actualidad como en el pasado.
Como hemos comprobado con el paso de los años, la música y la solidaridad siempre van de la mano. La sensibilidad con la que este tipo de profesionales enfocan el día a día, algunas veces no tiene fronteras, y mi última conversación en la Fundación Cajasol ha dado fe de ello. Con motivo de la última edición de los Jueves Flamencos, he podido conversar tranquilamente con un pianista nacido en la provincia de Sevilla, pero que es conocido a nivel mundial. Me refiero a Dorantes, virtuoso del piano, que es capaz de llenar conciertos y a la vez, estar preocupado de las personas más necesitadas que le rodean.
Humilde, cercano y con las ideas claras, así es el músico lebrijano. Y aunque él se considera una persona abierta a otras disciplinas y muy curioso, siente que el flamenco es su mejor forma de comunicar. “Yo me defino como un músico, compositor, pianista y que su lenguaje es el flamenco, que lo ha mamado desde pequeñito en la familia donde ha nacido”, destacaba.
Sigue la conversación y le pregunto a Dorantes, que siempre que ha podido ha estado presente en actos solidarios, ayudando por una buena causa, si considera que su tercer apellido debería ser solidario. Abrumado, explica que si me refiero a la concienciación de lo que ocurre a su alrededor y de las personas que lo necesitan, puede decir que sí. Entre su respuesta, me menciona la labor de la ONG Infancia Solidaria, con residencia en Córdoba, y que trabaja por traer a niños de países subdesarrollados con problemas cardíacos severos. “Allí encuentran la muerte segura, y aquí encuentran la vida”, me explicaba.
Sobre si sus compañeros de profesión siguen también el discurso y el camino que él realiza, el pianista sevillano es claro y contundente. “Considero que una función de la música es ablandar los corazones (…) Es capaz de abrir las puertas del alma a los oyentes y potenciar su empatía hacia aquello que pasa a su alrededor”, aclaraba. Con todo ello, relataba que hay organizaciones no gubernamentales que a través de la música hacen posible que los niños de, por ejemplo África, puedan disfrutar de la vida con instrumentos musicales. “De esta forma se les dan herramientas para pasar el día a día que les viene por delante, y yo creo que sí, que en ese aspecto la música tiene su papel, dentro de la solidaridad, claro”, resaltó Dorantes.
Tras los primeros minutos de conversación, volvimos a tocar la nueva creación del artista, su trabajo Identidad. Concierto que ha sido cabeza de cartel de los Jueves Flamencos de 2022 y que ha tenido una gran aceptación de público. Recordemos que Identidad ha sido grabado en el concierto celebrado en la Fundación Cajasol, con altos componentes de creación en directo y con un marcado estilo personal. “Es un proyecto que ahonda sobre la impronta, sobre la tremenda capacidad de emoción que adquiere la música cuando se compone frente al público. Viajo sobre seis puntos que han marcado mi identidad, que han tallado mi forma de ser. Yo siempre digo que es como abrir los cajones de la existencia y sacar los recuerdos, volviendo a revivir y transformarlo en música”, me razonaba el artista.
Y es que, como él mismo relata, grabarlo en la Fundación Cajasol ha sido muy fácil ya que se siente como en casa por todas las veces que ha estado en nuestra sede. Para aquel que no pudo estar presente, Identidad en directo fue un concierto en acústico, con una acústica de sala excelente y donde el artista creaba sobre la marcha. “Se trataba de crear un cordón umbilical entre el público y yo. Que sintiéramos las vibraciones y que vieran como un creador puede hacerlo”, argumentaba.
La conversación viró de nuevo hacia la solidaridad, y le pregunté a Dorantes sobre la labor que se estaba realizando desde la Fundación Cajasol en este ámbito. El artista, que conoce el devenir y los trabajos que se realizan desde la Institución, era conocedor de muchos de los proyectos, pero se queda con uno en especial.
“Un proyecto que me llama mucho la atención, porque está muy cercano a mí, por el tema de la música, es el trabajo que realizáis con la Fundación Alalá. Sé que están sacando jóvenes talentos que están en un entorno difícil, que no favorece para nada su desarrollo social y de vida (…) También le dan forma de potenciar su talento y poderlo usar como herramienta y defenderse ante esta sociedad”, explicó.
Por último, y antes de finalizar la conversación, comentamos algunas situaciones que estamos viviendo a nivel global, y que parece que hacen un llamamiento a la solidaridad. “Yo creo que la sociedad es solidaria cuando realmente se necesita. Sabemos que también hay individualismo en la sociedad (…) Pero sí que es verdad que cuando ocurre algo de este tipo todo el mundo se pone de acuerdo y la empatía se enciende. Hemos visto como muchas personas recogían a otras en la frontera de Ucrania”, argumentó.
Antonio Pulido, presidente de la Fundación Cajasol