El Museo de Alcalá de Guadaíra acoge hasta el 9 de diciembre la exposición ‘Pérez Aguilera. Óleo sobre vida’ que recoge más de ochenta trabajos del artista linarense Miguel Pérez Aguilera en una iniciativa conjunta del Ayuntamiento de Alcalá de Guadaíra, la Fundación Cajasol y la Diputación de Sevilla

La muestra se ha inaugurado con la presencia de las hijas del autor Cristina y Marta Pérez-Aguilera Montoto, la coordinadora de este proyecto de la Fundación Cajasol, Marta Puerta, y el delegado de Patrimonio y responsable del Museo, Clemente Oliveros. Arropándolos, multitud de familiares, amigos, pintores, alumnos y discípulos del artista.

La exposición, de entrada totalmente gratuita y situada en la planta alta del Museo, contempla una trayectoria de vida con trabajos de su obra figurativa, sus dibujos y sus abstracciones, plasmadas en el catálogo recopilatorio de la muestra.

Como se recoge en la glosa de la exposición, aunque a primera vista la naturaleza de la pintura de Aguilera parece alinearse entre el informalismo y el expresionismo abstracto, en realidad resulta todo lo contrario. Nada está dibujado al azar, hay una medida y una intención exactas en cada trazo, en cada símbolo, en cada tono, en cada contraste, para que la totalidad se perciba de un modo y la intimidad de otro, para que el cuadro se convierta en un médium a través del cual cada observante adquiera un diálogo personal con el autor.

Miguel Pérez Aguilera estudió en la Escuela de Artes y Oficios de Granada y Superior de Bellas Artes de Madrid. Formó parte de la ‘Joven Escuela Madrileña’ en torno a 1945. En Sevilla ejerció la puntura y la enseñanza, a las que se entregó sin límite, siendo desde 1946 catedrático de Dibujo del Natural de la Escuela Superior de Bellas Artes de Sevilla.

A finales de los cincuenta, tras una etapa de profunda crisis artística, decidió abandonar la figuración para adentrarse en una vía que le llevará a ser considerado como uno de los grandes innovadores de la abstracción del siglo XX.

Varias generaciones de pintores, que posteriormente han sido principales figuras del siglo XX y comienzos del XXI, pasaron por sus clases; sólo por nombrar a algunos: Luis Gordillo, Carmen Laffón, Santiago del Campo, Cortijo, Cuadrado, Naranjo, Cristóbal Toral, José Luis Mauri, Jaime Burguillos, Félix de Cárdenas, Emilio Díaz Cantelar, Joaquín Sáenz, Patricio Cabrera, Curro González o Ricardo Cadenas, entre muchos otros.

Pérez Aguilera siempre tuvo el reconocimiento, el respeto, la admiración y el afecto de sus alumnos y socialmente fue premiado incluso en distintas ocasiones en la Exposición nacional de Bellas Artes. Y fue en Sevilla donde finalmente murió el 8 de enero de 2008, a los 89 años, pintando hasta el último día y hasta el último momento.

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