El Centro Cultural Cajasol acogió este martes 21 de enero (19.00 horas) un profundo debate sobre la reforma de la Ley del Aborto, protagonizado por Concha Caballero, Miguel Lorente y Amparo Rubiales, dentro de los ‘Ideálogos de la Fundación Alfonso Perales’

La Fundación Alfonso Perales pretende llevar a cabo debates en todas las provincias de Andalucía y el primero es el que se celebra en Sevilla. «¿Qué hay detrás de la reforma de la Ley del Aborto? ¿A quién y cómo afectarán las nuevas medidas? ¿Cuál es la opinión de los colectivos de mujeres? ¿Cuál debe ser el futuro del aborto en España?» La FAP pone en marcha así una serie de conversaciones para reflexionar, entre hombres y mujeres, sobre el impacto social que tendrá la propuesta de ley del aborto que plantea el Gobierno.

Este es el artículo de Amparo Rubiales, vicepresidenta Ejecutiva de la Fundación Alfonso Perales, en el que habla sobre el tema: ‘NOSOTRAS DECIDIMOS’

«HABÍAMOS conseguido ser un país europeo más; no daba vergüenza salir fuera de nuestras fronteras porque teníamos los mismos derechos que los demás, pero llegó la crisis y tuvieron que recortarlos: “vivíamos por encima de nuestras posibilidades”, decían, pero nos hemos ido dando cuenta, después de muchos dolores, de que con ese pretexto nos están dejando sin nada. Confunden la seguridad ciudadana con el orden público, hacen la Religión asignatura evaluable y proponen una reforma del aborto que nos lleva a tiempos que creíamos superados.

La regulación del aborto en España ha costado sangre, sudor y lágrimas a muchas mujeres que hemos peleado por hacerlo un derecho regulable como cualquier otro, porque las mujeres han abortado, y abortarán, sin que haya ley que lo impida; eso sí con más sufrimiento añadido por quienes se creen dueños de la moral colectiva.

En España hasta el 85 era delito abortar, excepto en tres supuestos. La ley se aprobó en el 83, estuvo dos años paralizada en el TC, por un recurso de AP, que firmaba otro Gallardón, el padre: la genética funciona. Declarada constitucional, comenzó una andadura que no fue fácil, pero permitió reducir mucho el problema hasta que, por fin, en 2010, con amplísimo consenso parlamentario, se reconoció como un derecho de las mujeres, limitado, como todos. Al fin podíamos decidir sobre algo tan personal, como ocurre en unos 20 países de la UE.

Y en estas llegó otro Gallardón, y sin demanda social alguna, propone una ley con más restricciones que nunca, reduce a dos los supuestos, dejando casi fuera el más duro, la malformación del feto, dificultando hasta el paroxismo el procedimiento. Con el cinismo que le caracteriza afirma que “libera a la mujer de cualquier reproche penal”, pero es una ley que va contra las mujeres, que son consideradas incapaces y que deben resolver por ellas otros, dos medic@s nada menos, trasladándoles situaciones de difícil solución, burocratizando y alargando el procedimiento y, por tanto, el dolor.

Se trata de un anteproyecto hipócrita, redactado en secreto, sin haber oído a las mujeres, ni a los profesionales a los que responsabiliza de decisiones ajenas. La mayoría absoluta hará difícil que se retire, pero sólo tendrá el apoyo social de los sectores más reaccionarios de la sociedad y se abortará porque, aunque sea con sufrimientos graves, sobre todo, para las mujeres que carecen de recursos, ‘nosotras parimos, nosotras decidimos’. No se olvide»

http://www.fundacionalfonsoperales.com/

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