La Fundación Cajasol, en colaboración con la Iglesia de San Antonio, ha inaugurado este miércoles 5 de abril, a las 20.30 horas, la exposición ‘La Iglesia de San Antonio en el Siglo XVIII. Arte y devoción’, con piezas de imaginería, orfebrería y obras pictóricas recién restauradas que se esconden habitualmente tras los muros de un templo histórico y representativo para la ciudad de Cádiz y que los gaditanos tendrán la ocasión de visitar de manera gratuita. La muestra estará abierta al público desde el jueves 6 de abril hasta el 13 de mayo (*AMPLIADA HASTA EL 27 DE MAYO), de lunes a sábado, en horario de 11 a 14 y de 17 a 20 horas. 

Una vez más la Fundación Cajasol apuesta por unir el arte con la cultura en su sala de exposiciones. A lo que se añade en esta ocasión su especial relación con un emplazamiento como la Plaza de San Antonio y su templo. La fundación de archicofradía de Cristo atado a la Columna y Azotes en la ermita de San Antonio, allá por el año 1660, provocó una notable corriente devocional centrada en la imagen de su titular y a lo largo de su dilatada existencia el culto a los titulares ha ido generando variado patrimonio, con una interesante colección de piezas de procedencia americana, como el cordón de perlas, la columna de plata o la cruz de guía, excelente obra ligera con incrustaciones en nácar.

Con el siglo XVIII llega a Cádiz la sede de la Casa de Contratación y el Consulado de  Indias, hecho que reconocía oficialmente su indiscutible primacía en el comercio ultramarino de la corona española. El consiguiente esplendor de la ciudad trajo consigo importantes reformas para la ermita de San Antonio, que alcanzó la consideración de ayuda de parroquia y más tarde de sede parroquial. Las piezas incorporadas en este periodo muestran la diversidad que siempre caracterizó a la ciudad. Varias representaciones de la Virgen dolorosa son muestra de este proceso. De talleres malagueños proceden dos tallas recién recuperadas tras minuciosas labores de restauración, mientras que la del Mayor Dolor puede vincularse a Luis Salvador Carmona y el lienzo ovalado es de origen mexicano. En los libros de cuentas consta la realización en 1766 de una nueva imagen de la dolorosa cotitular, talla que fue dotada de vestiduras y aditamentos realizados ex profeso, entre los que han llegado a nosotros la diadema y el puñal, obras de plata con elegantes formas rococó.

La imprescindible presencia de la escultura genovesa, de tanto peso en el Cádiz dieciochesco, se acompaña de algunos trabajos sevillanos, entre los que destacan dos pequeñas pinturas atribuibles a Domingo Martínez. En la selección de piezas suntuarias se muestran algunos logros de los obradores locales de orfebrería y bordado, así como la presencia de obras ejecutadas en el extremo oriente.