Letras en Sevilla VI, fiel a sus principios, vuelve este mes de marzo, concretamente los días 28, 29 y 30, a abordar un tema polémico que ha ocupado a los intelectuales y también, en ocasiones, ha cambiado la faz de los estados europeos: «¿Monarquía o República? Un debate de tres siglos».

El ciclo de la Fundación Cajasol, coordinado por Arturo Pérez-Reverte y Jesús Vigorra, pretende proporcionar elementos documentados para la reflexión, para proporcionar un debate serio e intelectual con la mente abierta y en positivo.

La Fundación Cajasol en Sevilla será punto de encuentro de políticos, escritores, juristas, historiadores, periodistas y, por supuesto, del público que desde un principio ha respaldado a Letras en Sevilla, unas jornadas en torno a temas literarios y de actualidad.

Acto de inauguración de Letras en Sevilla: ¿Monarquía o República?

En el acto de inauguración han intervenido Antonio Pulido Gutiérrez, presidente de la Fundación Cajasol, Arturo Pérez-Reverte y Jesús Vigorra.

Antonio Pulido ha señalado que «en momentos como los que estamos viviendo creo que son más necesarios que nunca los proyectos en favor del entendimiento, la síntesis y la búsqueda de salidas a problemas socioculturales complejos y largamente enquistados».

«Los temas que nos ponen encima de la mesa Letras en Sevilla siempre levantan pasiones encontradas y nos recuerdan que casi siempre tenemos un mínimo de dos Españas, cuando no más todavía», ha explicado, añadiendo que el Ciclo es «un ejercicio de búsqueda de espacios comunes que nos sirve a todos para entrenar la tolerancia, el respeto al contrario y la libertad de pensamiento, unas banderas nunca del todo conquistadas en estos tiempos».

Arturo Pérez-Reverte ha manifestado su satisfacción por «volver a la razón, recurrir a las palabras y escuchar, en un momento en el que las emociones dominan, sobre todo en las redes». Para el escritor, el sello de Letras en Sevilla es «escuchar las razones de quienes no piensan como nosotros» y, en este sentido, ha pronosticado que «va a ser muy interesante, va a ser controvertido, va a haber muchas opiniones distintas, pero esperamos que haya buen ambiente. Atención, respeto y aprender».

Primera sesión: Juan Pablo Fusi, Laurence Debray y Alfonso Guerra

El historiador Juan Pablo Fusi ha sido el encargado de abrir las ponencias de esta VI edición, con la conferencia «La monarquía en España».

Fusi ha incidido en que «la monarquía parlamentaria es un marco razonable para la democracia» y ha puesto ejemplos exitosos de monarquías parlamentarias europeas sin poder ejecutivo en la que hay estabilidad política y garantías democráticas.

Durante su intervención ha analizado históricamente cómo cristalizó la monarquía parlamentaria en Inglaterra en el siglo XIX y principios del siglo XX, puntualizando que «fue un hecho británico que resultó mucho más de la práctica y la experiencia política que de la voluntad de la Corona, que siguió exhibiendo una voluntad intervencionista durante un tiempo».

Asimismo, ha explicado que una de las razones que hicieron que la monarquía, en el siglo XIX, se convirtiera «en instrumento sin poder pero esencial para legitimar las instituciones» fue la «doble condición de mujer y viuda de la Reina Victoria».

Tras su conferencia, Laurence Debray ha mantenido una conversación con Alfonso Guerra en la que, bajo el título «Una hija de revolucionarios en la corte de España», ha desentrañado las causas por las que la escritora francesa siente una gran simpatía por el Rey Juan Carlos que le ha llevado a escribir, entre otros, su libro «Mi rey caído» (Debate), en el que analiza la figura del exmonarca.

Debray, hija del intelectual y filósofo francés Régis Debray y la antropóloga venezolana Elizabeth Burgos, ha narrado que en Francia hay «una manera de vivir el poder muy  monárquica«, señalando la ostentación de la República y ha recordado cómo, cuando llegó por primera vez a Sevilla, vio que «era una ciudad que se abría. El Rey en esa época era un valor positivo. Había entregado el poder, había evitado una segunda guerra civil. Tenía una actitud muy campechana, muy directa hacia el país, y todo eso me fascinó».

La escritora, que conoce al Rey Juan Carlos, ha expresado que «el Rey Emérito no se queja, tiene una virtud de coger las cosas como son, muy dignamente, no se autoriza a quejarse», y ha añadido que «irse no soluciona nada. Sarkozy tiene varios juicios, pero es el antiguo jefe de Estado de Francia y está ahí con todos sus privilegios y nadie nunca pensó decirle que se fuera porque es parte del Estado. Revela mucho de la personalidad de un país cómo trata a sus jefes de Estado«, ha sentenciado.

Por su parte, Alfonso Guerra ha preguntado «¿qué rey ha tomado todo el poder de un dictador y ha decidido no usarlo?» y ha coincidido con Debray lanzando el siguiente dilema: «Imaginemos que se muere el Rey en Abu Dabi. ¿Se entierra en el desierto? ¿Se le trae aquí? Honestamente, me parece que debería resolverse esto antes de que suceda algo que nos deje en muy mal lugar como país».

Segunda sesión: Teresa Rodríguez y Cayetana Álvarez de Toledo

La tarde ha estado protagonizada por las diputadas Teresa Rodríguez y Cayetana Álvarez de Toledo, que han conversado, respectivamente, con Jesús Vigorra y Arturo Pérez-Reverte.

La líder de Adelante Andalucía ha comenzado puntualizando que «desde el punto de vista conceptual la monarquía es por definición el gobierno de uno, mientras que la democracia es el gobierno del pueblo» y ha señalado «tres criterios para medir la calidad democrática: igualdad de los ciudadanos ante la ley, libertada para elegir los poderes representativos, que existen mecanismos de control y revocabilidad de los cargos públicos».

Teresa Rodríguez ha criticado la «inviolabilidad» del Rey, de la que, en su opinión, se hace una «interpretación abusiva» y el «silencio clamoroso por cosas que todo el mundo sabía que hacía Juan Carlos I y que no hemos podido saber hasta que no lo ha publicado la prensa extranjera».

Para la diputada andaluza, «nuestra democracia mejoraría no solo abriendo el candado de la monarquía, sino también abriendo otros, como la mejora de las condiciones materiales para el ejercicio de la democracia, que la gente tenga las cosas básicas cubiertas para que pueda participar». «Otro candado que hay que abrir es el modelo de Estado, con un sistema que tienda a ser federal o confederal de libre elección donde nos ahorraríamos algunos de los problemas que ha habido en la democracia española», ha añadido.

Por su parte, Cayetana Álvarez de Toledo ha manifestado que «la monarquía es una garantía porque tenemos una Constitución y tenemos un Rey que defiende los valores republicanos de igualdad, fraternidad y libertad». «El debate no es monarquía – republica, sino democracia – totalitarismo, y en España tenemos la suerte de tener una monarquía parlamentaria cuyos principales adversarios son quienes defienden todo lo contrario, una involución identitaria nacionalista o una ensoñación soviética totalitarista», ha declarado.

Para la autora de «Políticamente indeseable», sus monarcas de referencia son Isabel y Fernando, Carlos V y Juan Carlos I por su papel «en la transición de la dictadura». Valora también muy positivamente «la prudencia y la valentía» de Felipe VI y a la Infanta Leonor, de la que se ha sentido impresionada por su «responsabilidad, su concepción del deber y su encanto».

Tercera sesión: Santiago Muñoz Machado y Juan Carlos Monedero

En la sesión de mañana de la segunda jornada de Letras en Sevilla: ¿Monarquía o República? han participado Santiago Muñoz Machado, director de la Real Academia Española, y Juan Carlos Monedero, profesor de la Universidad Complutense de Madrid y autor de «La Transición contada a nuestros padres».

Muñoz Machado ha impartido una clase magistral histórica en la que ha señalado, entre otras cuestiones, que la Constitución de 1869 «es la constitución democrática más importante que ha tenido España nunca, recogiendo la libertad de asociación, religiosa, en términos que no había habido nunca antes», y que «tenemos una monarquía federal. Falta el fetichismo del nombre, pero en sustancia estamos en una monarquía federal«.

Para el director de la RAE, «el estatuto de autonomía es una pieza jurídica increíblemente flexible que permite crecer las autonomías hasta una lámina de competencias similares a la independencia».

Por su parte, Juan Carlos Monedero ha comenzado su intervención señalando que «un país federal porque no se mide desde elementos del derecho administrativo, se mide en elementos simbólicos» y que en España «hay un elemento simbólico de una dificultad de repartir las competencias porque en el ADN de la derecha de este país hay un elemento profundamente centralista».

Monedero ha comparado España con Rusia en el sentido de que se trata de «un país interrogándose a sí mismo quién es y con gran presencia de la religión. Valores nacionales excluyentes, la misma idea religiosa, el orden de las cosas, que conecta con la extrema derecha».

El profesor de la Complutense ha afirmado que «la Monarquía no se puede pensar desde el limbo. Hay monarquías sensatas y hay repúblicas insensatas», aunque ha puntualizado que «somos el único país de Europa que restaura monarquías«. «Nunca hemos reformado las constituciones en España porque las élites han entendido las constituciones como elementos fijadores de su poder», ha sentenciado.

Cuarta sesión: Ignacio Peyró, Sergio Vilasanjuán y Ana Romero Galán

En la tarde del martes hemos podido disfrutar de un diálogo entre Ignacio Peyró, director del Instituto Cervantes de Londres, con Sergio Vilasanjuán, jefe del suplemento de Cultura de La Vanguardia y autor de «Por qué soy monárquico», y una charla de Ana Romero, autora de «Final de partida» y «El rey ante el espejo», con Jesús Vigorra.

Vilasanjuán, que opina que «la monarquía es una vacuna contra el cesarismo y el populismo político«, ha comenzado su intervención haciendo referencia al filósofo coreano Byung-Chul Han, que habla de la necesidad de los rituales y explicando que «la monarquía inglesa es un gran tema para entrar en los aspectos simbólicos y culturales y es un espejo que nos puede dar las claves para este replanteamiento que la monarquía española tiene que seguir haciendo para adaptarse y seguir dando un gran servicio».

Ignacio Peyró ha señalado que la monarquía inglesa es un ejemplo «porque fueron, en tiempos modernos, los primeros que desactivaron la capacidad del Rey para hacer daño, para hacer recaudaciones injustas, con la Revolución Gloriosa, que fue un siglo anterior a la Revolución Francesa y que no fue seguida por un periodo de terror. Lograron limitar el poder real. Usar el poder a su conveniencia a servicio del estado».

Peyró ha destacado que «las monarquías parlamentarias tienen un grado llamativo de desarrollo humano y económico» y ha reseñado que nueve de los quince países con mayor calidad democrática tengan esa configuración del Estado.

El autor de «Pompa y circunstancia. Diccionario sentimental de la cultura inglesa» ha expresado que «los británicos son un país muy cómodo y muy feliz con su historia y tras haber ganado dos guerras mundiales tienen una autoestima justificada, y la Corona ha estado ahí de un modo muy  notable» y, en este sentido, ha subrayado los ingresos que genera la Corona tanto con merchandising como con las «series de Netflix».

Por su parte, Ana Romero ha empezado exponiendo el término «diarquía», situación que se produce «cuando, tras la abdicación de Juan Carlos I en 2014, aparecen dos Decretos en el BOE que marcan la diarquía, que es el gobierno de dos reyes, que no había ocurrido nunca en España».

La escritora afirma que «cuando se escribe sobre la monarquía, normalmente la gente habla desde un ángulo, o se concentra en un personaje, exclusivamente en el Rey Juan Carlos», pero ella ha querido «contar el cuadro completo».

Preguntada por sus entrevistas a Corinna, ha declarado: «no estoy orgullosa de haber sido la primera en hacer las dos entrevistas a Corinna porque no es que yo la entrevistara a ella, es que ella necesitaba a una persona para emitir su mensaje«.

Quinta sesión de Letras en Sevilla: ¿Monarquía o República?

Durante la mañana del miércoles 30 de marzo, han continuado el debate  José Enrique Ruiz-Domènec, Manuel Álvarez Tardío, Jesús García Calero, Carmen Calvo e Ignacio Camacho.

Ruiz-Domènec y Álvarez Tardío han conversado moderados por el periodista Jesús G. Calero, que ha comenzado señalando que «no se puede trazar una línea tan simple como «izquierda-república-democracia y derecha-monarquía. Se invoca la forma total del sistema, poniendo la II República como trampantojo«.

Calero y el historiador Ruiz-Domènec han manifestado su satisfacción por la relevancia que la historia está teniendo en el debate político actual. Para Ruiz-Domènec, «el siglo XXI ha demostrado que la historia es un artefacto para pensar. Hemos frivolizado tanto la eficacia del pasado que nos ha sobrevenido la sorpresa de que en la organización de las fronteras exteriores de Europa se haya desarrollado, en lo que era el principado de Kiev, un conflicto que nos obliga a pensar, el espejo en el que nos tenemos que mirar».

Ruiz-Domènec ha resaltado la importancia de las variables de cada época y ha incidido en que «detrás de la monarquía hay un modelo superior, el estado dinástico. Desde el siglo XI diversas dinastías han tratado de organizar la estructura de este país, no solo de España, sino también de Iberia». «Si la monarquía pretende recuperar el tono dinástico de otras épocas, habrá acertado. Si ignora la historia y la convierte en una especie de juego de tronos, entonces se habrá equivocado», explica.

El profesor granadino ha lamentado que se hable poco de la variable del Movimiento Nacional y que haya sido «eclipsada por una historia narcisista que ha convertido la variable de ese periodo en un suceso personal de un individuo de segunda categoría. Hasta tal punto que llamamos a ese periodo franquismo como si fuese una decisión de este general. Hemos confundido historia con la propaganda«.

Ruiz Domènec ha expuesto también la variable territorial. «Parte de los compatriotas no se sienten españoles. Yo respeto esa parte porque una de las cuestiones de la democracia es el respeto al otro. Si parte no se sienten españoles es que en el proyecto de la Transición ha habido algunos errores», expresa.

Por su parte, Manuel Álvarez Tardío ha hablado de la «confluencia entre nacionalismo y destrucción de la democracia española«.  El también historiador indica que «el dilema que nos convoca es engañoso. Esto ya se resolvió hace tiempo a favor de la monarquía. No conozco ningún otro país del mundo occidental que tenga el afán de los españoles de resucitar debates que ya están resueltos».

Asimismo, cree que «es bueno ser capaces de ver la II República con una distancia, de ser conscientes de que no estamos jugando en la liga de los años 30, sino de países consolidados democráticamente. No podemos descalificar la Transición trayendo a nuestro momento los lenguajes del fascismo y el antifascismo y traduciéndolos en los términos de monarquía y república».

Carmen Calvo ha cerrado la mañana conversando con Ignacio Camacho, entre otras cuestiones, sobre la postura del PSOE con respecto a la monarquía, afirmando que «nosotros entendimos que había una prioridad, que era la democracia antes que cualquier otra institución. En mi partido hay gente republicana, y la que es monárquica lo es para un tiempo histórico en España donde lo importante no es la forma del Estado, sino entronizar por fin un modelo de estado de bienestar para que la democracia resistiera«.

Según la exvicepresidenta del Gobierno de España, «nuestro país no es ni republicano ni monárquico, creo que tenemos unas relaciones anarcoides con el poder. Nos cuesta mucho trabajo construir el espacio público, respetar lo público. Por eso, desde el punto de vista del asentamiento histórico no han funcionado ni la monarquía ni la república».

Calvo ha incidido en la necesidad de regular por ley la inviolabilidad del Rey y sus límites y ha narrado que «como Gobierno recibimos una información directa de la Casa Real de que el Rey Juan Carlos se quería ir. Nosotros nos limitamos a consultar qué opinión tenía sobre el asunto el Rey Felipe VI, que es el jefe del Rey Emérito, en términos precisos, y nos parecía oportuno lo que hizo, que es publicar la carta».

Sexta sesión: Ana Pastor y Alfonso Guerra

La última sesión ha tenido como invitados a Ana Pastor Julián y Alfonso Guerra.

La presidenta del Congreso de los Diputados ha hablado de la necesidad de hacer «política para adultos» y «periodismo para adultos» y ha declarado que «hay personas que tenemos poco espacio en la política, porque si no dices una frase gruesa, ya te pones en la cola del telediario. Por lo tanto, a mí me verán bastante poco porque los insultos no son lo mío«.

Ana Pastor ha enfatizado que «el papel de la Corona solo tiene sentido en el proyecto colectivo plenamente vigente que se encuentra en nuestra Constitución, de alto valor ético y humano, un proyecto que no es una entelequia, sino que se realiza en la actualidad de la nación que conformamos los españoles de hoy y se encarna en el rostro de Su Majestad, Felipe VI».

En palabras de la política zamorana, «Felipe VI ha presenciado el nacimiento y el desarrollo de nuestra democracia. Para él, la Constitución no ha sido el faro alejado de la costa, sino una carta náutica con la que orientarse en la navegación en curso».

La última conferencia ha corrido a cargo de Alfonso Guerra, que ha comenzado su charla indicando que si se hace una encuesta a la gente preguntándole directamente si es republicana o monárquica, «la mayoría dirá «yo, republicano», porque piensa que es más racional elegir a los dirigentes políticos que no heredar los puestos, pero eso no es una razón suficiente, hay que conocer la realidad y las circunstancias«.

Para el exvicepresidente del Gobierno de España, «la Guerra Civil no es sino la trágica conclusión de dos siglos de pretensiones, escaramuzas y propuestas irresueltas». «Se da a entender que la monarquía es de los partidos de la derecha y que la república, de los de izquierda,  pero el movimiento obrero español nace sin tener entre sus prioridades la instauración de una República, y para ellos los partidos republicanos eran burgueses», ha declarado.

“El republicanismo no es otra cosa que reconocer la legalidad por encima de todo y eso es reconocer que la monarquía de la Constitución del 78 es una república coronada”, ha concluido, despertando un gran aplauso de todo el público asistente, que ha llenado tanto el Patio como el Teatro de la Fundación Cajasol.

El presidente de la Fundación Cajasol, Antonio Pulido, ha clausurado el exitoso Ciclo dando las gracias a todos los que lo han hecho posible y recordando que somos «una entidad que tiene varios objetivos: el fomento de la cultura, de la acción social, del emprendimiento y de la formación, pero también del debate, de la reflexión y de la transmisión de las ideas, como se ha puesto de manifiesto en esta jornada, desde la pluralidad. Esta es una casa abierta donde cabe todo el mundo».

Letras en Sevilla VI Monarquía o República