Hoy en día llegamos a la jubilación con suficiente vitalidad para seguir viviendo bien y embarcarnos en nuevas aventuras; pero para ello debemos tener cubiertas nuestras necesidades económicas para este momento. La incertidumbre actual en torno al futuro de las pensiones públicas nos mueve a plantearnos seriamente la jubilación. Lo ideal hubiera sido empezar a pensar en la jubilación en el momento de conseguir el primer empleo. Cuando nos incorporamos a la vida laboral, ahorrar para el futuro no es seguramente una de nuestras prioridades, pues el primer empleo conlleva la independencia del hogar y conseguir aquellas cosas que habíamos soñado. Sin embargo, tengamos la seguridad de que la Jubilación nos alcanzará y cuanto antes la hayamos planificado mejor nos irá cuando llegue. Aunque pensemos que tenemos mucho tiempo por delante, es recomendable ahorrar desde el primer sueldo para el futuro. La razón es que al hacerlo así:

  • Maximizamos el Ahorro
  • El esfuerzo de ahorrar es menor
  • El ahorro a edades tempranas es beneficioso, no solo porque la cantidad final acumulada será mayor; sino porque su inversión permitirá un crecimiento mayor del capital, al beneficiarse del interés compuesto (los intereses de un año generan más intereses en los siguientes años). En este caso el tiempo es nuestro aliado, facilita el ahorro futuro.