Regresa el cine a la Fundación Cajasol. Comienza el año en colaboración con Cine Club Vi­da, que nos ha preparado un interesante propuesta para este mes de enero. Ni más ni menos que los músicos y sus genialidades como eje principal de los largometrajes que se van a proyectar en el Teatro Cajasol, bajo el epígrafe de ‘Músicos en el cine: de la obsesión a la inspiración’. Las películas que se han podido disfrutar junto al ya tradicional posterior coloquio son Amor Inmortal (11 de enero), de Bernard Rose; y Shine (18 de enero), de Scott Hicks; cierra el ciclo Whiplash (25 de enero), de Damien Chazelle. Las proyecciones, a las 20:00 horas y con en­tra­da libre hasta completar afo­ro, tienen lugar en el Teatro Cajasol (en­trada por c/ Chi­ca­rre­ros). Más información en el teléfono 954 508 200.

Los críticos José María Moruno Navarro, Nono Sánchez Rodríguez y Evangelina de las Heras Pérez analizan el ciclo y valoran las películas en el siguiente comentario de texto:

La RAE define la obsesión como perturbación anímica producida por una idea fija. La creación artística tiene ese poder de atracción que puede llevar al creador a la obsesión y posteriormente acabar dando sus frutos con la llegada de obras maestras. Todas las disciplinas artísticas requieren de muchos años de estudios, pero es la música una de las que más esfuerzo requiere. Y existe una delgada línea que separa la disciplina para alcanzar la excelencia de la obsesión enfermiza para llegar al éxito, con las consecuencias, sobre todo personales, que ello conlleva (aislamiento, estrés, incomprensión…). Este sacrificio y obsesión por el instrumento lo podemos ver claramente en la película de este ciclo titulada Whiplash, donde un joven estudiante de percusión se matricula en un prestigioso conservatorio de Nueva York y solo, desde la dedicación absoluta, su profesor considera que puede IIegar a tener éxito. En eI caso de esta peIícuIa de ficción, es eI estudiante eI que por su propio deseo se somete a dicho niveI de exigencia, pero en Ios casos reaIes de Beethoven en Amor Inmortal o eI pianista David HeIfgott, protagonista de Ia peIícuIa Shine, fueron sus padres, ambos bastante vioIentos, Ios que decidieron que sus hijos debían ser genios a cuaIquier precio. Y en ambos casos, dicha presión a Ia que sometieron a sus hijos afectó profundamente aI desarroIIo de sus personaIidades.

Hay que añadir que si hay aIgo que caracteriza a muchos genios, no es soIo su discipIinada formación sino su gran capacidad de trabajo. Como dijo una vez Picasso: ‘La inspiración existe, pero debe encontrarte trabajando’. De esta forma, eI genio de Bonn trabajó sin descanso hasta eI fin de sus días, no ya por una mera necesidad económica, sino por una necesidad existenciaI. SoIo así se puede expIicar que aIguien que se queda sordo siga creando, casi sin parar, obras capitaIes de Ia Historia de Ia música como su Novena Sinfonía, cuyo himno de Ia AIegría es eI actuaI himno de Ia Unión Europea. La combinación de discipIina, necesidad creativa y obsesión por Ia obra perfecta han sido y serán siempre una fuente constante de obras maestras a Io Iargo de Ia Historia deI Arte.

JOSÉ MARÍA MORUNO NAVARRO

FICHA TÉCNICA DE LAS PELÍCULAS

11 de enero: Amor inmortal (Immortal Beloved)

  • Dirección: Bernard Rose. Producción: Bruce Davey y Stephen McEveety. Guión: Bernard Rose. Fotografía: Peter Suschitzky (color). Montaje: Dan Rae. Música: Ludwig van Bee- thoven. Género: Drama biográfico. Intérpretes: Gary Oldman (Ludwig van Beethoven), Jeroen Krabbé (Anton Felix Schindler), Isabella Rossellini (Anna Marie Erdödy), Johanna Ter Steege (Johanna Reiss), Marco Hofschneider (Karl van Beethoven). Productora: Icon Productions (EEUU, 1994). Duración: 121 minutos.
  • Argumento: Tras el fallecimiento de Beethoven, le es encomendado a su amigo Schindler que reparta su herencia. Para sorpresa de todos, al leer el último testamento, deja la mayor parte de sus bienes a una misteriosa amada inmortal de la que nadie sabe su nombre. Es por esto que, contando únicamente con una carta, se inicia una búsqueda de la misma para poder hacer cumplir la última voluntad del maestro.
  • Ambientación: Narra la tormentosa vida amorosa de Beethoven (1770-1827) comenzando con su fallecimiento y llegando hasta su infancia. Para ello, el director inglés Bernard Rose, basándose en un guion propio, nos retrata una serie de personajes de la Viena imperial du- rante los convulsos años de la revolución francesa, que serán como piezas de un puzle que deberá ser reconstruido. Supuso su segunda gran producción, después del éxito de su pelí- cula de terror Candyman dos años antes y tras haber trabajado como director en videos mu- sicales para la MTV.
  • Valoración: La ambientación, junto con el vestuario y la fotografía, son capaces de transpor- tarnos a la Viena que vieron Mozart, Haydn, Beethoven, Schubert, etc. Siguiendo la estela de otros biopics, como la oscarizada Amadeus, este instructivo film mezcla realidad con algo de ficción para llevar al gran público la figura del maestro de Bonn. Dicha combinación nos permite un interesante acercamiento a la psicología del genio, con momentos memorables gra- cias a una gran interpretación de Gary Oldman y al exquisito uso de la música del propio compositor en los momentos más trascendentales de su vida.

JOSÉ MARÍA MORUNO NAVARRO

18 de enero: Shine. El resplandor de un genio (Shine)

  • Dirección: Scott Hicks. Producción: Jane Scott. Guión: Jan Sardi. Fotografía: Geoffrey Simpson (color). Montaje: Pip Karmel. Música: David Hirschfelder. Intérpretes: Geoffrey Rush (David Helfgott – adulto), Armin Mueller-Stahl (Peter), John Gielgud (Cecil Parkes), Noah Taylor (David Helfgott – adolescente), Lynn Redgrave (Gillian). Productoras: Australian Film Finance Corporation (AFFC) / Film Victoria (Australia, 1996). Duración: 106 minutos.
  • Argumento: Basada en la vida de David Helfgott, niño prodigio del piano. La película examina su tortuosa vida desde su infancia en los años 50, en la que fue sometido a la férrea voluntad de Peter, su padre. Cuando es aceptado en una prestigiosa escuela de música en Londres, David se siente capaz de huir de su padre y arriesgarlo todo por su única pasión, la música. Allí estudia bajo la tutela del prestigioso Cecil Parkes, pero las presiones de su trabajo junto con las obsesiones transmitidas acaban sumiéndolo en una enfermedad mental alejándolo casi diez años de los escenarios. Sólo el amor de una mujer que lo comprende de verdad puede salvarlo y devolverlo a la sociedad para que ésta disfrute de la música de un verdadero genio.
  • Ambientación: La película retrata con precisión la infancia del ilustre pianista australiano, nacido en el seno de una familia judía de origen polaco a mitad del pasado siglo, e instalado en la lejana Australia tras la Segunda Guerra Mundial. Tanto la fotografía como la música original compuesta por el nominado al Óscar David Hirschfelder, contienen una carga dramática que hace empatizar y llegar a entender la locura del pianista y que se simbiotizan de manera brillante con el otro gran protagonista de la película, el piano y la música que interpreta D. Helfgott. Así pues, se presenta el amor y la música como salvación, siendo claramente visible su fijación por interpretar el tercer concierto para piano y orquesta de Rachmaninoff, una de las obras pianísticas más complejas.
  • Valoración: Perfectamente ambientada, con una banda sonora en la que recalca el reperto- rio del que David Helfgott es especialista, destacando los compositores románticos que supie- ron llegar a todos los públicos. Precisamente ese romanticismo musical es el estilo predilecto del pianista, explícito a lo largo de toda la película donde el espectador puede deleitarse con in- terpretaciones de Chopin, Schumann, Liszt, Beethoven o el citado anteriormente Rachmanin- off. Romanticismo que también es patente cuando aparece la figura de Gillian, quien ayudará al protagonista a recuperarse y aceptar su locura de manera distinta, pero sobre todo a retomar su amor por la música. Es una historia de un héroe fuera de lo común que, a pesar de todo, con- sigue lo que todos quisiéramos: encuentra su lugar en el mundo, y alguien con quien compar- tirlo; su música y el amor. Un fantástico recorrido desde “el amor al poder” al “poder del amor”.

NONO SÁNCHEZ RODRÍGUEZ

25 de enero: Whiplash

  • Dirección y guión: Damien Chazelle. Producción: Jason Blum. Fotografía: Sharone Meir (color). Montaje: Tom Cross. Música: Justin Hurwitz. Intérpretes: Miles Teller (Andrew Neiman), J. K. Simmons (Terence Fletcher), Melissa Benoist (Nicole), Paul Reiser (Jim Neimann), Austin Stowell (Ryan), Nate Lang (Carl). Productoras: Right of Way Films, Blumhouse Productions y Bold Films (Estados Unidos, 2014). Duración: 103 minutos.
  • Argumento: Un joven y prometedor baterista de jazz se inscribe en un elitista conservatorio de música, donde sus sueños de grandeza son guiados por un despiadado instructor cono- cido tanto por su talento como por sus rigurosos métodos de enseñanza. Cuando el profesor le incluye en la banda, cambia la vida del estudiante.
  • Ambientación: Una parte del guión de Whiplash se convirtió en un corto que ganó el Premio del Jurado de Cortometrajes de Ficción en el Festival de Sundance 2013. La obra llamó la atención de la crítica y su éxito llevó a los productores asociados a financiar el largometraje. Así se reunieron algunos coproductores especializados en películas de bajo presupuesto (para EE.UU.). Con unos costes de producción de tres millones de dólares, los han multipli- cado: llevan recaudados casi 50 millones de dólares. Además del reconocimiento en festiva- les que explica su amplio palmarés: tres premios Oscar –montaje, sonido y mejor actor de reparto–. La brillante actuación de J. K. Simmons está basada en sus propias vivencias como alumno en la escuela de Princeton, donde se formó como batería de jazz. También fue galar- donada con Globos de Oro, BAFTA y en el Festival de Sundance: Mejor película y Premio del público. En España, en la Seminci de Valladolid, conquistó el de Mejor director novel.
  • Valoración: La primera película del director Guy and Madeline on Park Bench (2009) es ya una historia de música y de un trompetista de jazz. Después dirigiría Whiplash (2014) y La la land (2017), siendo el jazz el género musical más mencionado y usado –bien como motor de la trama o bien como parte de ella–. La música de Justin Hurwitz, su compañero en Harvard, es clave en su trayectoria. A golpe de baqueta nos acerca a los músicos por un camino que puede llevar al desequilibrio o conducir a la grandeza. En cuanto al montaje destacaremos el uso del plano secuencia, quizás para dar continuidad a las interpretaciones musicales que se alternan con secuencias a ritmo veloz. El filme no nos deja indiferentes¡ provoca un posiciona- miento bien por identificación o rechazo ante la manipulación emocional. Además, invita a la reflexión y posterior debate acerca de la cultura del esfuerzo, sacrificio y presión que soportan algunos artistas durante su formación.

EVANGELINA DE LAS HERAS PÉREZ