¿Cómo es que yo no soy millonario? Después de todo lo que se ha contado en los Lunes Financieros de junio, tengo claro que no soy millonario porque mi estilo de vida está muy lejos del que llevan estas personas. En primer lugar, el estilo de vida que se recoge en el libro “El Millonario de la Puerta de al Lado” pudiera contrastar con el dicho que se repite en los mensajes de Los Lunes Financieros, “No es más rico el que más tiene; sino el que menos necesita”. Aunque para estos millonarios el acumular riqueza responde a la necesidad de ser financieramente independientes: cuando llegue un día en que los rendimientos de sus inversiones trabajen por ellos.
Puedo coincidir con estos millonarios en que “cuantas menos necesidades tenga (menos gastos y por tanto más ahorros), antes llegaré a la independencia financiera”. Ellos no satisfacen más necesidades que las primordiales y no se dejan seducir cuando les proponen nuevas necesidades para alcanzar un estatus social más elevado o hacer gala del éxito de sus negocios.
Amasar una fortuna requiere disciplina, sacrificio y duro trabajo. ¿Quiero llegar a ser realmente independiente económicamente? ¿Deseo que mi familia y yo reorientemos nuestro estilo de vida para conseguir ese objetivo? Posiblemente diría que no. Sin embargo, si estuviera dispuesto a emplear tiempo, energía y hábitos de consumo en ello, es posible que llegase a conseguir la independencia económica.
Los empresarios exitosos americanos de primera generación se caracterizan por su austeridad, su bajo estatus social, su disciplina, su escasa propensión al consumismo y su disposición al riesgo y al trabajo duro. ¿Alguien puede pensar que esto no sea vivir, disfrutar de la vida? Yo, que estoy acostumbrado a la recompensa inmediata y al qué dirán, desde luego que no.
“Vivir para trabajar y no trabajar para vivir”. El plan de vida de estos millonarios realmente es un aplazamiento de disfrutar de la vida a medio o largo plazo, depende de lo que se tarde en conseguir la independencia financiera, en cuyo caso ya no se trataría de trabajar para vivir, simplemente se viviría sin trabajar.
Al comienzo de estos lunes se planteaba: ¿Puedo aprovechar algo de lo que se dice en este libro para mejorar mis finanzas personales? La respuesta es sí, creo que puedo aprovechar ciertas actitudes, como:
- Gestionar bien mi tiempo y mis energías.
- Vivir por debajo de mis posibilidades.
- Dar buen ejemplo de comportamiento y hábitos financieros a mis hijos.
- Ahorrar e invertir, antes de llevar una vida ostentosa y vacía.
Ahora, tan solo es cuestión de ponerlas en práctica, con un cambio de actitud, como se vio el mes pasado. ÁNIMO.