Medidas para obtener resiliencia financiera

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Medidas para obtener resiliencia financiera

¿Cómo conseguir la resiliencia financiera? Se van a tratar otras medidas que me preparen ante la posibilidad de sufrir un revés económico y ser más resiliente.

Controlar las Deudas

Debo estar atento a contraer deudas, esto puede producir quebrantos en mi economía familiar, porque una deuda es un gasto fijo, esos que aparecen mensualmente sí o sí, si aumentan disminuirá el dinero que me quede para ahorrar y otros gastos.

Tengo que reconocer que es prácticamente imposible pasarme la vida sin pedir dinero prestado ¿Quién no ha pedido un préstamo personal para comprar un coche o el hipotecario para comprar la casa? Cosas necesarias para las que no disponía de suficiente dinero ahorrado y no podían esperar.

También debo tener en cuenta que el Marketing y la Publicidad me pueden inducir a desear cosas para las que me falta dinero (por ejemplo, el último móvil que han puesto a la venta) y siempre habrá alguien que me adelante el dinero que no tengo, ya sea una entidad financiera o el propio vendedor. Hay que insistir en lo que se dijo en la entrega anterior: ¿Es una necesidad o un capricho?

Por ello, cuando crea que necesito ya un producto o servicio, me debo preguntar: ¿necesito ahora el dinero o puedo esperar hasta ahorrar lo suficiente y pagarlo en efectivo?

Si puedo esperar, no me endeudo, no debo permitir que la recompensa inmediata de tener algo produzca un quebrando en mis finanzas. Ahora bien, si no puede esperar: ¿cuál será la cuota mensual que pagaré?

Una vez que sepa lo que pagaré de cuota mensual, me plantearé: ¿me puedo permitir los pagos mensuales del préstamo junto con los gastos habituales del mes? Si es que no, debería pensar en otra cosa. Si, por el contrario, me los puedo permitir: ¿podría conseguir condiciones mejores?

No quedarme con la primera propuesta de préstamo; sino pedir información de préstamos a otras entidades financieras y comparar, eligiendo la que mejores condiciones me ofrezca.

Para ser más resiliente debo intentar no endeudarme más y pagar cuanto antes las deudas actuales, ahorraré dinero en intereses.

Planificación financiera

Todo lo que se viene apuntando para hacerme más resiliente no es otra cosa que controlar mis finanzas, esto significa que debo ser yo quién las maneje y, cuando tome las riendas, empezar a dar forma a un plan. Para ello el primer paso es conocer cuáles son mis ingresos y mis gastos.

Ya se ha dicho en muchas ocasiones: hay que llevar un presupuesto. No debo demorarlo más. El presupuesto me va a dar una fotografía clara de mi situación financiera, cuánto tengo y a dónde se me va el dinero… también me ayudará a tomar decisiones sobre qué gastos actuar y cómo: habrá gastos que se puedan eliminar (gastos superfluos), otros reducir (gastos variables) y otros (gastos fijos) que habrá que hacer un esfuerzo para cancelarlos, como las deudas, de forma anticipada.

Si llevo el presupuesto al día, me permitirá planear mi ahorro para conseguir mis objetivos, conocer mi capacidad de endeudamiento (con la hipoteca, los pagos de deudas deberían ser inferiores al 40% de los ingresos mensuales) y actuar inmediatamente sobre cualquier incremento o nuevo gasto que aparezca.

Establecer metas de inversión

Este paso se da cuando he conseguido una cierta estabilidad financiera, cuando tengo unos ahorros mensuales recurrentes que me han permitido formar mi Fondo de Emergencia y aún me quedan ahorros para destinarlos a objetivos a medio y largo plazo, como pueden ser los estudios de mis hijos, una casa o la jubilación. He de poner estos ahorros a “trabajar” y así aumentar el dinero para esos objetivos.

La resiliencia financiera me hará tomar decisiones meditadas. Si conozco mi perfil inversor (por ejemplo, conservador) y tengo claro lo que quiero lograr (un fondo extra para mi jubilación) y en cuánto tiempo (aún faltan 20 años) será más sencillo decidirme por inversiones específicas (renta fija del estado a 5 años).

También evitará que reaccione por impulso ante situaciones de los mercados financieros, subidas bruscas de cotizaciones de títulos en mi cartera, que me pongan eufórico y me dedique a comprar determinados títulos, o bajadas de cotizaciones  y entre en pánico y lo quiera vender todo.

Para evitar sorpresas desagradables, debo revisar periódicamente la cartera de inversiones y realizar los ajustes necesarios para que esté lo más diversificada posible y prevenir cualquier movida bursátil, al menos que me afecte poco.