Antonio Pulido, presidente de la Fundación Cajasol, ha inaugurado este martes 5 de junio la segunda edición de la Jornada de Inteligencia Turística en Toledo, impulsada por la escuela de negocios Next International Business School y el Instituto de Estudios Cajasol. Lo ha hecho junto a Manuel Campo Vidal, presidente de Next IBS, Joaquín Echevarría, director gerente de la Cámara de Comercio de Toledo, Rosa Ana Rodríguez, concejala de Turismo y Artesanía del Ayuntamiento de Toledo, y Alfonso Silva García, presidente de la Federación de Empresarios de Hostelería y Turismo de Castilla La Mancha, en la Escuela Superior de Gastronomía y Hostelería de Toledo (C/ Río Cabriel, 1). Esta cita se consolida tras el éxito cosechado en la pasada edición y busca ofrecer diferentes conferencias de profesionales del sector del Turismo que están trabajando en las áreas más innovadoras y pioneras para su desarrollo.
Antonio Pulido: «Formamos a los profesionales y emprendedores del futuro»
«Para la Fundación Cajasol es una satisfacción volver a colaborar con Next y con Manuel Campo Vidal en ésta y otras iniciativas que ambas entidades desarrollamos conjuntamente a lo largo del año», aseguró Antonio Pulido, para quien «las posibilidades que nos ofrece la revolución tecnológica son enormes y están a disposición tanto de las grandes compañías turísticas y grandes destinos de viajeros, como del pequeño emprendedor o emprendedora». Para el presidente de la Fundación Cajasol «nunca como hasta ahora hemos tenido acceso a tanta información para emprender, para crecer, para identificar nuevos espacios de oportunidad y para ofrecer una experiencia personalizada y única a quienes nos visitan». Antonio Pulido hizo especial hincapié durante su intervención en que «nuestra misión es formar a los profesionales y emprendedores del futuro. Ofreciéndoles los mejores conocimientos, las herramientas más actualizadas y también trasladando la importancia del papel del emprendedor como agente transformador de la sociedad. Y su responsabilidad en gestionar de manera sostenible los recursos de que disponemos y el entorno natural y social en el que se desarrolla la actividad económica».
Entre los protagonistas de la jornada se han encontrado Carmen Pardo, directora del Máster de Inteligencia Turística: Gestión y Competitividad Internacional de Next IBS, que ejecutó la ponencia ‘Consecuencias de la sobre-explotación turística’; Rosa Muñoz, consultora y auditora en Turismo, que disertó sobre ‘La norma de sistema de gestión del destino turístico inteligente y su proceso certificación’; Sonia Tello, Business Development Regional Director de Barceló Hotel Group, que habló sobre ‘Business Intelligence aplicado a los bedbanks’; y Juan Francisco Delgado, vicepresidente de la Fundación Europea para la Innovación, que hizo referencia a las ‘nuevas oportunidades y retos de la inteligencia artificial y blockchain aplicado al Turismo’.
La clausura corrió a cargo de Carmen Pardo para quien el secreto para evitar la sobreexplotación turística está en la ordenación desde las administraciones públicas, principalmente, y en base a datos. La turismofobia hace sentir a los vecinos de determinadas ciudades como «colonizados» por los turistas. Ha citado los casos de Berlín o Barcelona, que han experimentado los mayores crecimientos del número de camas por kilómetro cuadrado, lo que ha llevado a que les dé igual el empleo que se pueda generar o el dinero que se pueda quedar en la zona.
El turismo, ha asegurado, no se puede evitar porque no se puede limitar el movimiento de las personas salvo en espacios concretos, pero sí se puede ordenar mediante estrategias «de calado» a cargo de las administraciones públicas, el sector privado y los medios de comunicación. El sector público es el que puede hacer más cosas porque a él le corresponde mejorar la imagen del destino mediante la promoción, recuperar el patrimonio, prestar servicios públicos, la oferta pública de alojamiento. Se puede conocer el movimiento de los turistas por las ciudades a cada hora concreta mediante las tarjetas internacionales y, en base a esos datos, las administraciones pueden contrarrestarlo organizando eventos en otras zonas, o con beneficios fiscales para los alojamientos hoteleros situados fuera de la zona con más presión de carga o también organizando eventos fuera de la temporada alta. Las empresas privadas, por su parte, pueden colaborar organizando actividades, y teniendo en cuenta además que el turista de hoy en día ya no es solo contemplativo, sino que lo que quiere es vivir experiencias.
La directora del Máster en Inteligencia Turística: Gestión y Competitividad Internacional de Next IBS ha comentado que existen medidas para evitar las aglomeraciones como poner tasas turísticas, pero en este caso ocurre que en ocasiones los hoteles bajan los precios para contrarrestar el efecto; o se puede limitar el número de visitas a espacios o monumentos, por ejemplo, las islas Cíes. El reto, ha dicho, sería establecer sinergias de sostenibilidad y, la «gallina de los huevos de oro» sería mayor gasto y mayor estancia por turista. También ha abogado por tratar de evitar la pérdida de identidad cultural del destino y por favorecer la sensibilización y participación de los residentes. Ni al inversor ni al turista ni al residente le conviene la sobreexplotación. A todo ello, ha añadido que la sobreexplotación turística provoca también contaminación ambiental y acústica, basura, presión sobre los centros históricos y degradación paisajística.