Los colegios Guadalete y Grazalema, de El Puerto de Santa María (Cádiz), han participado por tercer año consecutivo en una nueva cadena de favores a través ‘Andaluces Compartiendo‘ gracias a la puesta en marcha de la Fundación Cajasol y Landaluz, donde los escolares llenan las cajas con los alimentos que han aportado ellos mismos, más los ofrecidos por las marcas andaluzas solidarias.
La Fundación Cajasol, junto con Landaluz, a través de ‘Andaluces Compartiendo‘, quiere llegar a los más pequeños para concienciarlos y hacerles entender lo privilegiados que son con respecto a otros niños de su misma edad que no tienen las mismas condiciones sociales ni económicas que ellos. Se trata fomentar e inculcar valores como la solidaridad, el trabajo en equipo, el compañerismo o la igualdad social a través de divertidas iniciativas en las que ellos mismo podrán organizar una cadena humana para formar cajas de alimentos con los productos que ellos mismos donarán y que irán destinados a familias andaluzas sin recursos. En definitiva, una actividad lúdica con un fin solidario.
Entre los dos colegios, con 745 alumnos el centro Guadalete y unos 900 Grazalema, han logrado recolectar más de cinco toneladas de alimentos no perecederos, que van a ser donados a entidades sociales de El Puerto como el asilo de ancianos de las Hermanitas de los Pobres o el convento del Espíritu Santo, cuyas religiosas regentan un comedor para personas sin recursos. También se destinará una parte de estos alimentos a familias socialmente desfavorecidas de la ciudad.
Los estudiantes de ambos colegios se llevaron más de dos semanas preparando la actividad, primero aportando alimentos por parte de las familias y después organizando los kilos de comida recogidos para por último organizarlos y embalarlos.
Además de la recogida de alimentos las dos jornadas de trabajo en los colegios han contado con una serie de talleres como la realización de un panel de manos por parte de los alumnos más pequeños, o la asistencia a un curso de buenos hábitos alimentarios que ha sido impartido por un nutricionista. En el transcurso de esta actividad los estudiantes pudieron disfrutar de un desayuno típicamente andaluz, en el que no podía faltar el pan tostado aderezado con un buen aceite andaluz.
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