El sacerdote fundador de la ONG Mensajeros de la Paz se reúne con Antonio Pulido en la sede de la Fundación Cajasol, tras un evento social. Conversaron sobre distintos temas, pero el más importante, la solidaridad de nuestro país.
Una de las personalidades más relevantes de nuestro país en cuanto a solidaridad y ayuda al prójimo es Ángel García Rodríguez, más conocido como el Padre Ángel. Se encuentra en Sevilla para formar parte del elenco de personalidades del IV Congreso Nacional de la Sociedad Civil, que se celebra en la Fundación Cajasol. Aprovechamos dicho encuentro para conversar sobre distintos temas, con la solidaridad como eje central.
Comencé preguntándole sobre los inicios de Mensajeros de la Paz y cómo ha ido evolucionando. El Padre Ángel relató cómo durante estas seis décadas han trabajado desde los inicios en Asturias hasta llegar a ser lo que son hoy. “En aquellos años existían los hospicios, los asilos de personas mayores, y creíamos que los niños debían vivir en un ambiente más humano, más personal. Entonces comenzamos a intentar deshacer los orfanatos y hospicios para que pudieran vivir en hogares, y así comenzó la andadura de Mensajeros de la Paz”, explicó.
Hoy, esta ONG es un referente mundial, estando presente en toda España y en más de 75 países. Lo que comenzó como un movimiento de solidaridad hacia los niños ha evolucionado para ayudar también a mujeres maltratadas, niños con problemas de conducta, personas con discapacidad o mayores que necesitan cuidados especiales o que simplemente están solas. “Hemos creado la Fundación Social del Padre Ángel con el objetivo de combatir la soledad, acompañar, estar cerca de la gente y escuchar”, afirmó.
Siguiendo este hilo, destacó las palabras del Papa Francisco, quien en varias ocasiones ha señalado que los mayores problemas de la sociedad son la migración y la soledad. Ambos temas han sido objeto de reflexión en el IV Congreso Nacional de la Sociedad Civil. “La soledad es patrimonio de todos, no solamente de los vulnerables o de las personas mayores. La soledad está en la gente joven, en la gente mediana. Cada vez hay más personas desesperadas que incluso se suicidan porque no encuentran una razón para vivir así”, explicó.
El sacerdote también subrayó cómo muchas personas no tienen a nadie que las quiera o que les dé un gesto de cariño. “Hoy lo más importante en la vida es que la gente se quiera”, afirmó.
Sobre el problema de la migración, el Padre Ángel aseguró que se trata de “una barbaridad” en la que las personas son tratadas como propiedades que pasan de un país a otro, cuando sólo buscan una vida mejor. Recordó que en nuestra historia también hemos sido emigrantes: “Deberíamos haber aprendido de nuestros abuelos y antepasados, que trabajaron y lucharon cuando hicieron las Américas”.
Compartió una anécdota vivida con el Papa Francisco en Lampedusa, Italia, cuando hace un año esta isla fue noticia por la cantidad de personas que querían pasar a Europa. “El Papa dijo desde el balcón que era una vergüenza lo que hacemos con los inmigrantes”, señaló.
Volviendo a los proyectos en España, el Padre Ángel destacó la apertura de la iglesia de San Antón en Madrid, que opera 24 horas al día. Esta iglesia se ha convertido en epicentro de las actividades de la organización. “El año que viene cumpliremos 10 años, y por aquí han pasado más de un millón de personas. No sólo vienen a rezar, también lloran, toman café, se sientan en un banco o cuentan sus problemas. Porque en la vida, lo más importante es escuchar”, explicó.
Campañas para toda la vida
Durante la conversación, recordó con especial cariño la campaña ‘Lo querrás más que a un hijo’, lanzada para dar visibilidad a niños con enfermedades graves y facilitar su adopción o acogimiento. “Más de 600 menores en estado de orfandad o abandono encontraron un hogar durante esta iniciativa”, comentó.
El Padre Ángel definió esta campaña como un ejemplo de la grandeza de la solidaridad en España. “Nuestra sociedad brilla. Empieza a haber a veces casi más voluntarios, cooperantes y colaboradores que usuarios”, reflexionó.
Finalmente, le pregunté qué significa para él la palabra solidaridad. Fue claro y directo: “La solidaridad no está en dar lo que sobra, sino en dar alguna de las cosas que uno necesita. Ese es su verdadero significado”.
Sobre la Fundación Cajasol, recordó que ha ayudado a Mensajeros de la Paz y resaltó su trabajo social y cultural: “Nos hemos comprometido a colaborar y trabajar juntos, sobre todo en cooperación en países de fuera”.