Diverflación, ¿Diversión e inflación?

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Diverflación, ¿Diversión e inflación?

Diverflación, ¿Diversión e inflación?

Ya se vio en la entrega anterior que, en momentos de crisis, lo lógico sería apretarse el cinturón y quitarse de caprichos. Además, con la inflación que hemos tenido tan alta y las subidas de los tipos de interés que provocaban que las hipotecas asfixiaran a más de una economía familiar, lo lógico hubiera sido que el consumo cayera muy bajo. Pero las terrazas de bares y restaurantes siguen llenas, los hoteles y paquetes turísticos están en cifras récords.

También se observa un aumento en el consumo de bienes relacionados con el entretenimiento en el hogar, como equipos de música, televisores de alta definición y suscripciones a servicios de Streaming.

¿Cómo es posible esto? ¿De dónde sacan el dinero las familias para darse esos “caprichos”? Porque también los precios en hostelería, hoteles y demás partidas de ocio y cultura han subido.

Según informes de organismos públicos y privados de renombre, los hogares han adoptado diferentes estrategias para ajustar su consumo a la inflación, como ya se hizo en anteriores crisis. Lo que ocurre ahora es que el ahorro que se consigue reduciendo el consumo en la mayoría de los bienes, sobre todo en los duraderos: muebles, coches, electrodomésticos, ropa y calzado… y en la cesta de la compra al buscar alternativas más baratas o reducir la cantidad, ya no se queda como remanente en el presupuesto familiar para compensar la subida de precios, sino que se dedican a esas partidas de ocio y tiempo libre.

Estamos ante lo que se ha venido en llamar el consumidor divergente, que se reprime en la mayoría de los gastos para compensar la crisis; pero se permite consumir determinadas partidas para, de alguna forma, desconectar.

El nuevo término de la DIVERFLACIÓN mezcla de diversión con inflación, refleja el cambio en los hábitos de gasto de los consumidores que prefieren disfrutar de experiencias gratificantes, reduciendo todas las demás adquisiciones de bienes o servicios. Sin reparar en que los bienes y servicios de ocio y cultura corren el riesgo de dispararse aún más al aumentar su demanda.

Todo esto tiene un respaldo en cifras que se desprende de la última Encuesta de Presupuestos Familiares realizada por el Instituto Nacional de Estadística (INE). El gasto medio por hogar fue de 32.617 euros en 2023, un aumento del 3,8% respecto al año anterior.

Los sectores donde más aumentó el gasto de las familias fueron en restaurantes y hoteles, ocio y cultura. Concretamente, se gastaron 3.331 euros por familia en restauración y servicios de alojamiento, 386 más que en 2022, representando el 13,2% del gasto.

En la próxima entrega sabremos más sobre la Diverflación.

Fundación Cajasol
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