Hoy, en los Lunes Financieros, abordamos el tema de los influencers financieros.
Tenía mis temores iniciales sobre el mundo de Internet; pero la verdad es que con el paso del tiempo mis dudas se han ido disipando y ahora me encuentro en un clima de confianza total, no se me ocurre cuestionar nada de lo que contiene. Internet está por encima de todo, incluso de las instituciones.
Internet y las redes sociales es una moneda con dos caras. Por un lado, usadas de manera legítima y sin malicia benefician a la sociedad, porque la mantienen informada y comunicada al instante. Pero por el otro lado, perjudican cuando las utilizan personas sin escrúpulos, valiéndose del anonimato, para crear delitos informáticos, como estafas, o falsas noticias que desvirtúan la realidad.
Funcionar en redes sociales es tan sencillo como darme de alta con un perfil y empezar a subir a ellas contenidos. Lo siguiente es que haya gente que se interese por mis contenidos, mis seguidores, e intento captar a más invitando a amigos y conocidos; pero si además influyo con mis contenidos en la forma de pensar de mis seguidores, he conseguido convertirlos en mis fans y yo me he convertido en un influencer.
Los influencers cada vez tienen más poder, porque una referencia positiva hacia un producto o servicio por parte de uno o una de ellos puede suponer un incremento de clientes potenciales para su compra; pero si la referencia es negativa o hace una crítica el efecto es el contrario y puede hasta hundir el producto. Las marcas lo saben y buscan a estos influencers para posicionar y promocionar sus productos.
Tik Tok o Instagram son redes sociales que han tenido un rápido crecimiento y ha propiciado la aparición de influencers de todo tipo, incluido los financieros que crean contenidos y los publican en esas plataformas. Dan consejos sobre inversiones y productos relacionados con las finanzas y, lo peor en muchos casos, es que lo hacen sin contar con los conocimientos ni la acreditación correspondiente.
Recordemos el Efecto HALO cuando en Los Lunes Financieros se tocó el tema de “Las Trampas Financieras de mi Cerebro”, en la que una persona famosa anunciaba “algo” que podía modificar la percepción de los demás sobre ese “algo”, impulsándolos a comprarlo. Las marcas lo han sabido siempre y han buscado a famosos que sean muy populares en sus ámbitos profesionales (deportivos, musical, arte, cine…) para promocionar sus productos.
La cuestión es que no es lo mismo promocionar un champú que una inversión “fantástica” donde puedo perder mi dinero.
La CNMV, como autoridad supervisora del mercado de valores, ha anunciado una investigación para evaluar si las recomendaciones de inversión en redes sociales de estos influencers cumplen con lo estipulado en la legislación vigente española. Esta normativa busca que las recomendaciones se expliquen de una forma clara, exacta y objetiva.
En este sentido ya ha habido avisos a famosos por estas prácticas, como a un destacado futbolista español en 2021, quién recibió un toque de atención de la CNMV por promocionar criptomonedas sin avisar de los riesgos de estos activos o a Kim Kardashian a quien sancionaron con una multa millonaria en Estados Unidos por hacer publicidad encubierta de una criptomoneda.
Recuerda cómo aconsejaban actuar en estos casos: si veo en un anuncio a un famoso o famosa, me debo preguntar: “¿esta persona es experta en ese campo?” Si no es así, no debería dejarme influenciar.
Tal vez a una persona famosa se le vea venir; pero es más difícil cuestionar los comentarios de una persona influencer que, con un móvil y varias ideas ingeniosas, se han convertido en “expertos” profesores de sus seguidores.
Las plataformas antes mencionadas, TikTok o Instagram, se nutren de usuarios muy jóvenes, con apenas formación financiera, que son susceptibles de caer en estafas y engaños promovidos por noticias de enriquecimientos rápidos y espectaculares. Son inversiones recomendadas por influencers financieros que se ha revestido de una gran credibilidad ante sus seguidores, casi convirtiéndolos en creyentes, sin capacidad de reaccionar ante sus comentarios y “enseñanzas”; sin embargo, muchos de estos casos lo único que hacen es perpetuar las estafas y la información engañosa.
A la postre, quien realmente gana dinero es el influencer, que es pagado por empresas para promocionar sus inversiones o sus plataformas financieras on line, en las que la máxima es “si quieres que te haga millonario, dame antes tu dinero”.
Por Internet pululan métodos y estrategias lanzados en vídeos por estos influencers de cómo ganar dinero fácil sin apenas esfuerzo. Ante esto es aconsejable que me pregunte: ¿por qué alguien iba a querer compartir sus trucos para hacerse millonario con miles de personas?
Debo tener siempre presente el principio básico de todo inversor: la rentabilidad y el riesgo siempre se mueven en la misma dirección. Por tanto, debo huir de inversiones que prometen alta rentabilidad con bajo riesgo.